𝕍𝔼ℕ𝕋𝔸ℕ𝔸 𝕕𝕖 𝕥𝕠𝕝𝕖𝕣𝕒𝕟𝕔𝕚𝕒 𝔼𝕄𝕆ℂ𝕀𝕆ℕ𝔸𝕃
A lo largo del día, nuestro nivel de activación fluctúa entre niveles altos y bajos dependiendo de la actividad que estemos realizando. Actividades como el ejercicio físico requieren de nosotros más activación respecto a otras, como leer un libro, que no son tan demandantes. Este es el rango de activación en el que estamos regulados emocionalmente, que nos permite sentir y pensar a la vez, por lo tanto, manteniéndonos en esta zona, podremos adaptarnos a cualquier situación.
𝗗𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗲 𝗿𝗮𝗻𝗴𝗼 𝗽𝗼𝗱𝗿𝗲𝗺𝗼𝘀 𝗮𝗽𝗿𝗲𝗻𝗱𝗲𝗿 𝗰𝗼𝘀𝗮𝘀 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗮𝘀 𝘆 𝗰𝗼𝗻𝗲𝗰𝘁𝗮𝗿 𝗰𝗼𝗻 𝗹𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗺á𝘀.
Cuando nos sentimos amenazados, nuestra activación va a aumentar hasta niveles de 𝐡𝐢𝐩𝐞𝐫𝐚𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚𝐜𝐢ó𝐧, preparándonos así para la lucha o la huida. Imaginaros una conversación que sube de tono y nos desregulamos emocionalmente. En este caso, nuestras respuestas automáticas (desreguladas) serían mostrar un gran enfado o irnos de esa conversación.
Si esta estrategia no es suficiente, nuestra activación aumenta hasta niveles de 𝗵𝗶𝗽𝗼𝗮𝗰𝘁𝗶𝘃𝗮𝗰𝗶ó𝗻, generando una respuesta de congelación, de inmovilidad. Siguiendo con el ejemplo anterior, si en esa discusión nos sentimos soprepasados por la actitud de la otra persona, nos quedamos en un estado en el que ni nos salen las palabras ni poder irnos, estamos inmoviles.
En cualquiera de estas zonas no es posible pensar y sentir a la vez, no es posible la adaptación a nuestro entorno. Es decir, si estamos muy enfadados o muy temorosos, no podemos pensar, aprender cosas nuevas o conectar con los demás.
Si nos reconocemos en estas situaciones fuera de la ventana de tolerancia emocional, ¿de qué recursos contamos para volver a llevarnos dentro?
#𝗔𝗨𝗧𝗢𝗖𝗢𝗡𝗢𝗖𝗜𝗠𝗜𝗘𝗡𝗧𝗢 como primer paso para el bienestar emocional
#regulacionemocional #ventanadetolerancia #desregulacionemocional #emociones #neurocepcion #hipoactivación #fpnaranja #autoconocimiento #autocuidado #coregulacion #hiperactivacion #gestionemocional #autocuidado #recursos
A lo largo del día, nuestro nivel de activación fluctúa entre niveles altos y bajos dependiendo de la actividad que estemos realizando. Actividades como el ejercicio físico requieren de nosotros más activación respecto a otras, como leer un libro, que no son tan demandantes. Este es el rango de activación en el que estamos regulados emocionalmente, que nos permite sentir y pensar a la vez, por lo tanto, manteniéndonos en esta zona, podremos adaptarnos a cualquier situación.
𝗗𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗲 𝗿𝗮𝗻𝗴𝗼 𝗽𝗼𝗱𝗿𝗲𝗺𝗼𝘀 𝗮𝗽𝗿𝗲𝗻𝗱𝗲𝗿 𝗰𝗼𝘀𝗮𝘀 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗮𝘀 𝘆 𝗰𝗼𝗻𝗲𝗰𝘁𝗮𝗿 𝗰𝗼𝗻 𝗹𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗺á𝘀.
Cuando nos sentimos amenazados, nuestra activación va a aumentar hasta niveles de 𝐡𝐢𝐩𝐞𝐫𝐚𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚𝐜𝐢ó𝐧, preparándonos así para la lucha o la huida. Imaginaros una conversación que sube de tono y nos desregulamos emocionalmente. En este caso, nuestras respuestas automáticas (desreguladas) serían mostrar un gran enfado o irnos de esa conversación.
Si esta estrategia no es suficiente, nuestra activación aumenta hasta niveles de 𝗵𝗶𝗽𝗼𝗮𝗰𝘁𝗶𝘃𝗮𝗰𝗶ó𝗻, generando una respuesta de congelación, de inmovilidad. Siguiendo con el ejemplo anterior, si en esa discusión nos sentimos soprepasados por la actitud de la otra persona, nos quedamos en un estado en el que ni nos salen las palabras ni poder irnos, estamos inmoviles.
En cualquiera de estas zonas no es posible pensar y sentir a la vez, no es posible la adaptación a nuestro entorno. Es decir, si estamos muy enfadados o muy temorosos, no podemos pensar, aprender cosas nuevas o conectar con los demás.
Si nos reconocemos en estas situaciones fuera de la ventana de tolerancia emocional, ¿de qué recursos contamos para volver a llevarnos dentro?
#𝗔𝗨𝗧𝗢𝗖𝗢𝗡𝗢𝗖𝗜𝗠𝗜𝗘𝗡𝗧𝗢 como primer paso para el bienestar emocional
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