Lectura del santo Evangelio según san Juan 10,1-10. En aquel tiempo, dijo Jesús: -«Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.» Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: -«Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mi son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.» Palabra del Señor.
*
*
¡Qué maravilloso es contemplar a Cristo como la puerta que nos permitirá salir de "nuestra vida" y entrar a otra vida nueva, diversa! Pasar por Cristo no significa que todo el día tenemos que estar rezando sin parar, o que tenemos que estar pensando hora tras hora en Dios. El Señor nos lo dice con tanta sencillez: "quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos". Es como si Cristo nos quisiera expresar: Mira, cuando necesites mi gracia: aquí estoy; cuando estés cansado de tu fracasos, de tus dificultades: ven a mí; cuando tu alma tenga hambre de Dios: aquí está el mejor pasto que soy Yo -¡la Eucaristía! "Entrar por la puerta, que es Cristo, quiere decir conocerlo y amarlo cada vez más, para que nuestra voluntad se una a la suya y nuestro actuar llegue a ser uno con su actuar (...)". Benedicto XVI.
Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 11,1-18
Salmo: Sal 41
#PSanFrancisco #EvangelioDeHoy #ElTocuyo
*
*
¡Qué maravilloso es contemplar a Cristo como la puerta que nos permitirá salir de "nuestra vida" y entrar a otra vida nueva, diversa! Pasar por Cristo no significa que todo el día tenemos que estar rezando sin parar, o que tenemos que estar pensando hora tras hora en Dios. El Señor nos lo dice con tanta sencillez: "quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos". Es como si Cristo nos quisiera expresar: Mira, cuando necesites mi gracia: aquí estoy; cuando estés cansado de tu fracasos, de tus dificultades: ven a mí; cuando tu alma tenga hambre de Dios: aquí está el mejor pasto que soy Yo -¡la Eucaristía! "Entrar por la puerta, que es Cristo, quiere decir conocerlo y amarlo cada vez más, para que nuestra voluntad se una a la suya y nuestro actuar llegue a ser uno con su actuar (...)". Benedicto XVI.
Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 11,1-18
Salmo: Sal 41
#PSanFrancisco #EvangelioDeHoy #ElTocuyo
Primera Lectura. Hch 11, 1-18 • Así pues, también a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión que lleva a la vida.
En aquellos días, los apóstoles y los hermanos de Judea se enteraron de que también los gentiles habían recibido la Cuando Pedro subió a Jerusalén, los de la circuncisión le dijeron en son de reproche:
«Has entrado en casa de incircuncisos y has comido con ellos».
Pedro entonces comenzó a exponerles los hechos por su orden, diciendo:
«Estaba yo orando en la ciudad de Jafa, cuando tuve en éxtasis una visión: una especie de recipiente que bajaba, semejante a un gran lienzo que era descolgado del cielo sostenido por los cuatro extremos, hasta donde yo estaba. Miré dentro y vi cuadrúpedos de la tierra, fieras, reptiles y pájaros del cielo. Luego oí una voz que me decía: "Levántate, Pedro, mata y come". Yo respondí: "De ningún modo, Señor, pues nunca entró en mi boca cosa profana o impura". Pero la voz del cielo habló de nuevo: "Lo que Dios ha purificado, tú no lo consideres profano". Esto sucedió hasta tres veces, y de un tirón lo subieron todo de nuevo al cielo.
En aquel preciso momento llegaron a la casa donde estábamos tres hombres enviados desde Cesarea en busca mía. Entonces el Espíritu me dijo que me fuera con ellos sin dudar. Me acompañaron estos seis hermanos, y entramos en casa de aquel hombre. Él nos contó que había visto en su casa al ángel que, en pie, le decía: "Manda recado a Jafa y haz venir a Simón, llamado Pedro; él te dirá palabras que traerán la salvación a ti y a tu casa".
En cuanto empecé a hablar, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, igual que había bajado sobre nosotros al principio; entonces me acordé de lo que el Señor había dicho: "Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo". Pues, si Dios les ha dado a ellos el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para oponerme a Dios?».
Oyendo esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo: «Así pues, también a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión que lleva a la vida».
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL. Sal 41.
℟. Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo.
Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío;
mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? ℟
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada. ℟
Me acercaré al altar de Dios,
al Dios de mi alegría,
y te daré gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío. ℟
En aquellos días, los apóstoles y los hermanos de Judea se enteraron de que también los gentiles habían recibido la Cuando Pedro subió a Jerusalén, los de la circuncisión le dijeron en son de reproche:
«Has entrado en casa de incircuncisos y has comido con ellos».
Pedro entonces comenzó a exponerles los hechos por su orden, diciendo:
«Estaba yo orando en la ciudad de Jafa, cuando tuve en éxtasis una visión: una especie de recipiente que bajaba, semejante a un gran lienzo que era descolgado del cielo sostenido por los cuatro extremos, hasta donde yo estaba. Miré dentro y vi cuadrúpedos de la tierra, fieras, reptiles y pájaros del cielo. Luego oí una voz que me decía: "Levántate, Pedro, mata y come". Yo respondí: "De ningún modo, Señor, pues nunca entró en mi boca cosa profana o impura". Pero la voz del cielo habló de nuevo: "Lo que Dios ha purificado, tú no lo consideres profano". Esto sucedió hasta tres veces, y de un tirón lo subieron todo de nuevo al cielo.
En aquel preciso momento llegaron a la casa donde estábamos tres hombres enviados desde Cesarea en busca mía. Entonces el Espíritu me dijo que me fuera con ellos sin dudar. Me acompañaron estos seis hermanos, y entramos en casa de aquel hombre. Él nos contó que había visto en su casa al ángel que, en pie, le decía: "Manda recado a Jafa y haz venir a Simón, llamado Pedro; él te dirá palabras que traerán la salvación a ti y a tu casa".
En cuanto empecé a hablar, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, igual que había bajado sobre nosotros al principio; entonces me acordé de lo que el Señor había dicho: "Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo". Pues, si Dios les ha dado a ellos el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para oponerme a Dios?».
Oyendo esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo: «Así pues, también a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión que lleva a la vida».
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL. Sal 41.
℟. Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo.
Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío;
mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? ℟
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada. ℟
Me acercaré al altar de Dios,
al Dios de mi alegría,
y te daré gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío. ℟
Lectura del santo Evangelio según San Juan 10,22-30. Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: - «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente.» Jesús les respondió: - «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno.» Palabra del Señor.
*
*
“¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente”. Es el reclamo que la hacen hoy a Jesús, un reclamo que sale del fondo del alma: ¡ya queremos saberlo, no tardes más! Por siglos han estado esperando al Mesías, era la esperanza que aguardaba Israel. Lo triste era que si bien anhelaban auténticamente la salvación, no estaban dispuestos a acogerla, porque querían un salvador a su manera. Es como decir: “Respóndeme, pero dime lo que yo quiero escuchar”. Quizá nos podemos ver reflejados en ellos. ¿No es la salvación lo que más anhelamos en la vida? ¿Estar con Dios para siempre no es lo que más queremos? Pero a veces qué tercos, qué poco dóciles somos. Cuánto nos cuesta confiar en nuestro Buen Pastor, ser dóciles y queremos las cosas a nuestra manera. Hoy el Señor nos anima a no desfallecer. En Dios podemos confiar. Él nos ha hecho una promesa. Cada vez que escuchamos una promesa de Jesús en el Evangelio podemos estar en paz, podemos alegrarnos, porque Dios cumple siempre lo que promete y no nos va a dejar con las manos vacías. En sus promesas está nuestra esperanza. Si oímos su voz y lo seguimos, Él nos dará la vida eterna y nadie nos arrebatará de su mano. El que oye Su voz y lo sigue camina por terreno firme. No nos ha prometido que no vamos a tener problemas, pero sí nos ha dicho que nadie nos arrebatará de su mano. Podremos atravesar las tormentas junto a Jesús y podemos seguir adelante, con esperanza. Pidámosle al Señor que nos ayude a ser menos rebeldes, menos tercos, a ser verdaderas ovejas de su rebaño. Que nunca dejemos de oír su voz. A veces podrá ocurrir que no entendamos bien sus palabras, que nos cueste comprender sus planes. Eso sí. Pero nunca dejemos de oírlo, de buscarlo, de estar a su lado. P. Juan J. Paniagua.
Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 11,19-26
Salmo: Sal 86
#PSanFrancisco #EvangelioDeHoy #ElTocuyo
*
*
“¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente”. Es el reclamo que la hacen hoy a Jesús, un reclamo que sale del fondo del alma: ¡ya queremos saberlo, no tardes más! Por siglos han estado esperando al Mesías, era la esperanza que aguardaba Israel. Lo triste era que si bien anhelaban auténticamente la salvación, no estaban dispuestos a acogerla, porque querían un salvador a su manera. Es como decir: “Respóndeme, pero dime lo que yo quiero escuchar”. Quizá nos podemos ver reflejados en ellos. ¿No es la salvación lo que más anhelamos en la vida? ¿Estar con Dios para siempre no es lo que más queremos? Pero a veces qué tercos, qué poco dóciles somos. Cuánto nos cuesta confiar en nuestro Buen Pastor, ser dóciles y queremos las cosas a nuestra manera. Hoy el Señor nos anima a no desfallecer. En Dios podemos confiar. Él nos ha hecho una promesa. Cada vez que escuchamos una promesa de Jesús en el Evangelio podemos estar en paz, podemos alegrarnos, porque Dios cumple siempre lo que promete y no nos va a dejar con las manos vacías. En sus promesas está nuestra esperanza. Si oímos su voz y lo seguimos, Él nos dará la vida eterna y nadie nos arrebatará de su mano. El que oye Su voz y lo sigue camina por terreno firme. No nos ha prometido que no vamos a tener problemas, pero sí nos ha dicho que nadie nos arrebatará de su mano. Podremos atravesar las tormentas junto a Jesús y podemos seguir adelante, con esperanza. Pidámosle al Señor que nos ayude a ser menos rebeldes, menos tercos, a ser verdaderas ovejas de su rebaño. Que nunca dejemos de oír su voz. A veces podrá ocurrir que no entendamos bien sus palabras, que nos cueste comprender sus planes. Eso sí. Pero nunca dejemos de oírlo, de buscarlo, de estar a su lado. P. Juan J. Paniagua.
Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 11,19-26
Salmo: Sal 86
#PSanFrancisco #EvangelioDeHoy #ElTocuyo
PRIMERA LECTURA. Hch 11, 19-26 • Se pusieron a hablar a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva del Señor Jesús.
En aquellos días, los que se habían dispersado en la persecución provocada por lo de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la palabra más que a los judíos. Pero algunos, naturales de Chipre y de Cirene, al llegar a Antioquía, se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva del Señor Jesús. Como la mano del Señor estaba con ellos, gran número creyó y se convirtió al Señor.
Llegó la noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró y exhortaba a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño, porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una multitud considerable se adhirió al Señor.
Bernabé salió para Tarso en busca de Saulo; cuando lo encontró, se lo llevó a Antioquía. Durante todo un año estuvieron juntos en aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez los discípulos fueron llamados cristianos.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL. Sal 86.
℟. Alabad al Señor todas las naciones.
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sion
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios! ℟
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí».
Se dirá de Sion: «Uno por uno,
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado». ℟
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Este ha nacido allí».
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti». ℟
En aquellos días, los que se habían dispersado en la persecución provocada por lo de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la palabra más que a los judíos. Pero algunos, naturales de Chipre y de Cirene, al llegar a Antioquía, se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva del Señor Jesús. Como la mano del Señor estaba con ellos, gran número creyó y se convirtió al Señor.
Llegó la noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró y exhortaba a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño, porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una multitud considerable se adhirió al Señor.
Bernabé salió para Tarso en busca de Saulo; cuando lo encontró, se lo llevó a Antioquía. Durante todo un año estuvieron juntos en aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez los discípulos fueron llamados cristianos.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL. Sal 86.
℟. Alabad al Señor todas las naciones.
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sion
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios! ℟
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí».
Se dirá de Sion: «Uno por uno,
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado». ℟
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Este ha nacido allí».
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti». ℟
Lectura del Santo Evangelio según san Juan 15,9-17. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.» Palabra del Señor.
*
*
Todos en la vida buscamos ser felices, como si fuera nuestro deseo más grande: "por sobre todas las cosas deseo ser feliz". Sin embargo, no sé si Uds saben que en realidad la felicidad no hay que buscarla, porque la felicidad viene solita. ¿Saben qué sí tenemos que buscar? Vivir el amor. Porque si amas, la felicidad cae por su propio peso, la felicidad viene sola. La felicidad no es la meta, la meta es vivir el amor, la felicidad es la consecuencia de haber alcanzado la meta. Por tanto, no se la busca, sino que viene sola. Así como a un auto de gasolina lo único que lo hace andar es gasolina, le puedes echar Coca Cola, vino o jugo de frutas y no avanza. De la misma manera, lo único que nos hace felices es el amor, que no te engañen, no hay nada más: que ames a tus padres, a tus hermanos, que los hagas felices, a tus amigos, a los que te necesitan, que ames a Dios. Aquí viene la parte difícil. ¿Cómo amo a Dios? A la familia y amigos es fácil, pero a Dios que no lo veo en un poco más difícil. Hoy Jesús nos va a hablar justo de eso. Dice Jesús: "el que cumple mis mandamientos, permanece en mi amor". No dice el que los siente en su corazón, sino el que los cumple, el que los obedece, el que los guarda. El amor se muestra en la fidelidad, no sólo en la emoción. Porque el amor es en primer lugar un acto de la voluntad, es una decisión, un compromiso, una opción de vida que se toma. Hoy que celebramos a San Matías apóstol, el tomó una opción de vida, no sólo un sentimiento. Optó por amar a Dios y al prójimo y le dijo que sí a Dios hasta las últimas consecuencias, por eso fue amigo de Jesús. Aprendamos de este valiente apóstol a amar de verdad. P. Juan José Paniagua.
Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 1, 15-17. 20-26
Salmo: Sal 112
#PSanFrancisco #EvangelioDeHoy #ElTocuyo
*
*
Todos en la vida buscamos ser felices, como si fuera nuestro deseo más grande: "por sobre todas las cosas deseo ser feliz". Sin embargo, no sé si Uds saben que en realidad la felicidad no hay que buscarla, porque la felicidad viene solita. ¿Saben qué sí tenemos que buscar? Vivir el amor. Porque si amas, la felicidad cae por su propio peso, la felicidad viene sola. La felicidad no es la meta, la meta es vivir el amor, la felicidad es la consecuencia de haber alcanzado la meta. Por tanto, no se la busca, sino que viene sola. Así como a un auto de gasolina lo único que lo hace andar es gasolina, le puedes echar Coca Cola, vino o jugo de frutas y no avanza. De la misma manera, lo único que nos hace felices es el amor, que no te engañen, no hay nada más: que ames a tus padres, a tus hermanos, que los hagas felices, a tus amigos, a los que te necesitan, que ames a Dios. Aquí viene la parte difícil. ¿Cómo amo a Dios? A la familia y amigos es fácil, pero a Dios que no lo veo en un poco más difícil. Hoy Jesús nos va a hablar justo de eso. Dice Jesús: "el que cumple mis mandamientos, permanece en mi amor". No dice el que los siente en su corazón, sino el que los cumple, el que los obedece, el que los guarda. El amor se muestra en la fidelidad, no sólo en la emoción. Porque el amor es en primer lugar un acto de la voluntad, es una decisión, un compromiso, una opción de vida que se toma. Hoy que celebramos a San Matías apóstol, el tomó una opción de vida, no sólo un sentimiento. Optó por amar a Dios y al prójimo y le dijo que sí a Dios hasta las últimas consecuencias, por eso fue amigo de Jesús. Aprendamos de este valiente apóstol a amar de verdad. P. Juan José Paniagua.
Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 1, 15-17. 20-26
Salmo: Sal 112
#PSanFrancisco #EvangelioDeHoy #ElTocuyo
PRIMERA LECTURA. Hch 1, 15-17.20-26. Le tocó a Matías, y lo asociaron a los once apóstoles.
En aquellos días, Pedro se puso en pie en medio de los hermanos (había reunidas unas ciento veinte personas) y dijo:
«Hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo, por boca de David, había predicho, en la Escritura, acerca de Judas, el que hizo de guía de los que arrestaron a Jesús, pues era de nuestro grupo y le cupo en suerte compartir este ministerio.
Y es que en el libro de los Salmos está escrito: "Que su morada quede desierta, y que nadie habite en ella", y también: "Que su cargo lo ocupe otro".
Es necesario, por tanto, que uno de los que nos acompañaron todo el tiempo en que convivió con nosotros el Señor Jesús, comenzando en el bautismo de Juan hasta el día en que nos fue quitado y llevado al cielo, se asocie a nosotros como testigo de su resurrección».
Propusieron dos: José, llamado Barsabá, de sobrenombre Justo, y Matías. Y rezando, dijeron:
«Señor, tú que penetras el corazón de todos, muéstranos a cuál de los dos has elegido para que ocupe el puesto de este ministerio y apostolado, del que ha prevaricado Judas para marcharse a su propio puesto».
Les repartieron suertes, le tocó a Matías, y lo asociaron a los once apóstoles.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL. Sal 112.
℟. El Señor lo sentó con los príncipes de su pueblo.
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. ℟
De la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos. ℟
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que habita en las alturas
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? ℟
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo. ℟
En aquellos días, Pedro se puso en pie en medio de los hermanos (había reunidas unas ciento veinte personas) y dijo:
«Hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo, por boca de David, había predicho, en la Escritura, acerca de Judas, el que hizo de guía de los que arrestaron a Jesús, pues era de nuestro grupo y le cupo en suerte compartir este ministerio.
Y es que en el libro de los Salmos está escrito: "Que su morada quede desierta, y que nadie habite en ella", y también: "Que su cargo lo ocupe otro".
Es necesario, por tanto, que uno de los que nos acompañaron todo el tiempo en que convivió con nosotros el Señor Jesús, comenzando en el bautismo de Juan hasta el día en que nos fue quitado y llevado al cielo, se asocie a nosotros como testigo de su resurrección».
Propusieron dos: José, llamado Barsabá, de sobrenombre Justo, y Matías. Y rezando, dijeron:
«Señor, tú que penetras el corazón de todos, muéstranos a cuál de los dos has elegido para que ocupe el puesto de este ministerio y apostolado, del que ha prevaricado Judas para marcharse a su propio puesto».
Les repartieron suertes, le tocó a Matías, y lo asociaron a los once apóstoles.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL. Sal 112.
℟. El Señor lo sentó con los príncipes de su pueblo.
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. ℟
De la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos. ℟
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que habita en las alturas
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? ℟
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo. ℟
Lectura del santo Evangelio según san Juan 13,16-20. Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo: - «Os aseguro, el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: "El que compartía mi pan me ha traicionado." Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy. Os lo aseguro: El que recibe a mi enviado me recibe a mí; el que a mí me recibe, recibe al que me ha enviado.» Palabra del Señor.
*
*
En el momento de la Última Cena, Jesús realiza este gesto maravilloso. Siendo el maestro, Dios y el Señor, toma el papel del siervo y les lava los pies a sus apóstoles. Con este gesto el Señor quiere mostrarnos de manera concreta su amor, quiere enseñarnos que Él no ha venido a ser servido, sino a servir, que el servicio humilde hace al discípulo semejante al maestro. Es por eso que Jesús les dirá: Les he lavado los pies, para que Uds hagan lo mismo los unos con los otros. Jesús ha querido darnos ejemplo de caridad, de amor, de entrega a los demás, para que nosotros también vivamos así, para que sigamos sus pasos. Ese es el verdadero sacrificio. No es simplemente privarse de cosas, o aguantar dolores, sino sobre todo entregarse a los demás. Ese es el sentido del sacrificio de la Eucaristía, también el sacrificio de la cruz. Eso es lo que Jesús quiso significar al lavarle los pies a sus apóstoles, he venido a entregarme por Uds y quiero que Uds también hagan lo mismo con el prójimo. P. Juan José Paniagua
Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 13,13-25
Salmo: Sal 88
#PSanFrancisco #EvangelioDeHoy #ElTocuyo
*
*
En el momento de la Última Cena, Jesús realiza este gesto maravilloso. Siendo el maestro, Dios y el Señor, toma el papel del siervo y les lava los pies a sus apóstoles. Con este gesto el Señor quiere mostrarnos de manera concreta su amor, quiere enseñarnos que Él no ha venido a ser servido, sino a servir, que el servicio humilde hace al discípulo semejante al maestro. Es por eso que Jesús les dirá: Les he lavado los pies, para que Uds hagan lo mismo los unos con los otros. Jesús ha querido darnos ejemplo de caridad, de amor, de entrega a los demás, para que nosotros también vivamos así, para que sigamos sus pasos. Ese es el verdadero sacrificio. No es simplemente privarse de cosas, o aguantar dolores, sino sobre todo entregarse a los demás. Ese es el sentido del sacrificio de la Eucaristía, también el sacrificio de la cruz. Eso es lo que Jesús quiso significar al lavarle los pies a sus apóstoles, he venido a entregarme por Uds y quiero que Uds también hagan lo mismo con el prójimo. P. Juan José Paniagua
Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 13,13-25
Salmo: Sal 88
#PSanFrancisco #EvangelioDeHoy #ElTocuyo
PRIMERA LECTURA. Hch 13, 13-25. Dios sacó de la descendencia de David un salvador: Jesús.
Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar en Pafos y llegaron a Perge de Panfilia. Juan los dejó y se volvió a Jerusalén; ellos, en cambio, continuaron y desde Perge llegaron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Acabada la lectura de la Ley y de los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a unos que les dijeran:
«Hermanos, si tenéis una palabra de exhortación para el pueblo, hablad».
Pablo se puso en pie y, haciendo seña con la mano de que se callaran, dijo:
«Israelitas y los que teméis a Dios, escuchad: El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y multiplicó al pueblo cuando vivían como forasteros en Egipto. Los sacó de allí con brazo poderoso; unos cuarenta años "los cuidó en el desierto", "aniquiló siete naciones en la tierra de Canaán y les dio en herencia" su territorio; todo ello en el espacio de unos cuatrocientos cincuenta años. Luego les dio jueces hasta el profeta Samuel. Después pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años. Lo depuso y les suscitó como rey a David, en favor del cual dio testimonio, diciendo: "Encontré a David", hijo de Jesé, "hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos".
Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión antes de que llegara Jesús; y, cuando Juan estaba para concluir el curso de su vida, decía: "Yo no soy quien pensáis, pero, mirad, viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias de los pies"».
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL. Sal 88.
℟. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. ℟
Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso. ℟
Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder.
Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora». ℟
Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar en Pafos y llegaron a Perge de Panfilia. Juan los dejó y se volvió a Jerusalén; ellos, en cambio, continuaron y desde Perge llegaron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Acabada la lectura de la Ley y de los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a unos que les dijeran:
«Hermanos, si tenéis una palabra de exhortación para el pueblo, hablad».
Pablo se puso en pie y, haciendo seña con la mano de que se callaran, dijo:
«Israelitas y los que teméis a Dios, escuchad: El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y multiplicó al pueblo cuando vivían como forasteros en Egipto. Los sacó de allí con brazo poderoso; unos cuarenta años "los cuidó en el desierto", "aniquiló siete naciones en la tierra de Canaán y les dio en herencia" su territorio; todo ello en el espacio de unos cuatrocientos cincuenta años. Luego les dio jueces hasta el profeta Samuel. Después pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años. Lo depuso y les suscitó como rey a David, en favor del cual dio testimonio, diciendo: "Encontré a David", hijo de Jesé, "hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos".
Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión antes de que llegara Jesús; y, cuando Juan estaba para concluir el curso de su vida, decía: "Yo no soy quien pensáis, pero, mirad, viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias de los pies"».
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL. Sal 88.
℟. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. ℟
Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso. ℟
Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder.
Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora». ℟
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14,1-6. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, «estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.» Tomás le dice: - «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: - «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.» Palabra del Señor.
*
*
Decía San Agustín en el libro de las Confesiones: «Nos hiciste, Señor, para Ti e inquieto está nuestro corazón hasta que descanse en Ti». ¡Cuánta razón tiene! Todo hombre anhela una felicidad que no se acabe con la muerte y la tumba. Como cristianos sabemos que esa felicidad es el cielo, el estar con Cristo glorioso para siempre. Lo que sucede es que no todos los hombres descubren la Verdad con mayúsculas. Muchos de ellos, -quizá también nosotros- se quedan atrapados en los cielos ficticios y los caminos tortuosos de este mundo. Aquí está nuestra labor como seguidores de Cristo: hacer que todos los hombres lleguen a experimentar ya en esta tierra el auténtico. cielo: Jesucristo, camino, verdad y vida.
Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 13,26-33
Salmo: Sal 2
#PSanFrancisco #EvangelioDeHoy #ElTocuyo
*
*
Decía San Agustín en el libro de las Confesiones: «Nos hiciste, Señor, para Ti e inquieto está nuestro corazón hasta que descanse en Ti». ¡Cuánta razón tiene! Todo hombre anhela una felicidad que no se acabe con la muerte y la tumba. Como cristianos sabemos que esa felicidad es el cielo, el estar con Cristo glorioso para siempre. Lo que sucede es que no todos los hombres descubren la Verdad con mayúsculas. Muchos de ellos, -quizá también nosotros- se quedan atrapados en los cielos ficticios y los caminos tortuosos de este mundo. Aquí está nuestra labor como seguidores de Cristo: hacer que todos los hombres lleguen a experimentar ya en esta tierra el auténtico. cielo: Jesucristo, camino, verdad y vida.
Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 13,26-33
Salmo: Sal 2
#PSanFrancisco #EvangelioDeHoy #ElTocuyo
PRIMERA LECTURA. Hch 13, 26-33. Dios ha cumplido su promesa resucitando a Jesús.
En aquellos días, cuando llegó Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga:
«Hermanos, hijos del linaje de Abrahán y todos vosotros los que teméis a Dios: a nosotros se nos ha enviado esta palabra de salvación. En efecto, los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las palabras de los profetas que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Y, aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. También nosotros os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo:
"Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy"».
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL. Sal 2.
℟. Tú eres mi hijo: yo te he engendrado hoy.
«Yo mismo he establecido a mi Rey
en Sion, mi monte santo».
Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho: «Tú eres mi hijo:
yo te he engendrado hoy. ℟
Pídemelo:
te daré en herencia las naciones;
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza». ℟
Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando. ℟
En aquellos días, cuando llegó Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga:
«Hermanos, hijos del linaje de Abrahán y todos vosotros los que teméis a Dios: a nosotros se nos ha enviado esta palabra de salvación. En efecto, los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las palabras de los profetas que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Y, aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. También nosotros os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo:
"Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy"».
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL. Sal 2.
℟. Tú eres mi hijo: yo te he engendrado hoy.
«Yo mismo he establecido a mi Rey
en Sion, mi monte santo».
Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho: «Tú eres mi hijo:
yo te he engendrado hoy. ℟
Pídemelo:
te daré en herencia las naciones;
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza». ℟
Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando. ℟
Lectura del Santo Evangelio según san Juan 14,7-14. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.» Felipe le dice: - «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Jesús le replica: - «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.» Palabra del Señor.
*
*
Hoy, estamos invitados a reconocer en Jesús al Padre que se nos revela. Ver al Padre es descubrir a Dios como origen, como vida que brota, como generosidad, como don que constantemente renueva cada cosa. Procedemos de Dios, y cada hombre, aunque no sea consciente, lleva el profundo deseo de volver a Dios, de reencontrar la casa paterna y permanecer allí para siempre. Allí se encuentran todos los bienes que podamos desear: la vida, la luz, el amor, la paz… Lo que Jesús dice y hace encuentra su fuente en el Padre, y el Padre se expresa plenamente en Jesús. Todo lo que el Padre desea decirnos se encuentra en las palabras y los actos del Hijo. Todo lo que Él quiere cumplir a favor nuestro lo cumple por su Hijo. Creer en el Hijo nos permite tener «acceso al Padre» (Ef 2,18). La fe humilde y fiel en Jesús, la elección de seguirle y obedecerle día tras día, nos pone en contacto misterioso pero real con el mismo misterio de Dios, y nos hace beneficiarios de todas las riquezas de su benevolencia y misericordia. Esta fe permite al Padre llevar adelante, a través de nosotros, la obra de la gracia que empezó en su Hijo: «El que crea en mí, hará él también las obras que yo hago» (Jn 14,12). P. Jacques Philippe.
Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 13,44-52
Salmo: Sal 97
#PSanFrancisco #EvangelioDeHoy #ElTocuyo
*
*
Hoy, estamos invitados a reconocer en Jesús al Padre que se nos revela. Ver al Padre es descubrir a Dios como origen, como vida que brota, como generosidad, como don que constantemente renueva cada cosa. Procedemos de Dios, y cada hombre, aunque no sea consciente, lleva el profundo deseo de volver a Dios, de reencontrar la casa paterna y permanecer allí para siempre. Allí se encuentran todos los bienes que podamos desear: la vida, la luz, el amor, la paz… Lo que Jesús dice y hace encuentra su fuente en el Padre, y el Padre se expresa plenamente en Jesús. Todo lo que el Padre desea decirnos se encuentra en las palabras y los actos del Hijo. Todo lo que Él quiere cumplir a favor nuestro lo cumple por su Hijo. Creer en el Hijo nos permite tener «acceso al Padre» (Ef 2,18). La fe humilde y fiel en Jesús, la elección de seguirle y obedecerle día tras día, nos pone en contacto misterioso pero real con el mismo misterio de Dios, y nos hace beneficiarios de todas las riquezas de su benevolencia y misericordia. Esta fe permite al Padre llevar adelante, a través de nosotros, la obra de la gracia que empezó en su Hijo: «El que crea en mí, hará él también las obras que yo hago» (Jn 14,12). P. Jacques Philippe.
Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 13,44-52
Salmo: Sal 97
#PSanFrancisco #EvangelioDeHoy #ElTocuyo
PRIMERA LECTURA. Hch 13, 44-52. Sabed que nos dedicamos a los gentiles.
El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo.
Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones: «Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra."»
Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.
La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio.
Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial. Sal 97.
℟. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. ℟
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. ℟
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. ℟
El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo.
Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones: «Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra."»
Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.
La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio.
Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial. Sal 97.
℟. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. ℟
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. ℟
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. ℟