Pues sí, nos miramos mucho el ombligo, es más, diría que lo hacemos o practicamos, parar y mirarnos el ombligo, antes de cada acción que emprendemos en el día a día. Vivir desde este paradigma supone poner patas arriba todo lo que creíamos saber o tener claro, es casi, como vivir al revés.
La palabla "Ombligo viene del latín umbilīcus (que es el diminutivo de umbo) y, además, del griego omphalos. Omphalos —o, en latín, umbilīcus— quiere decir «centro» o «punto medio»

Si, significa centro. Y si cojes las letras de esta palabra c e n t r o verás que puedes formar n o r t e -c . Y es que nuestro norte, el norte de la brújula que está en nuestro interior es la conciencia y consciencia, nuestra parte onda, intangible. La consciencia y conciencia son nuestro centro y nuestro norte y crean nuestra realidad. De ahí que vivir nuestro día a día mirándonos el ombligo no es un capricho, sino que es nuestra forma de vida. Somos un prototipo humano en constante evolución y actualización. Y es nuestra parte onda, la conciencia y consciencia quien nos actualiza y nos hace evolucionar.
Mirarnos el ombligo es vivir conscientes de nuestra conciencia, es vivir siendo onda y partícula al mismo tiempo, es vivir siguiendo nuestra brújula cuántica.
Así que sí, nos miramos mucho, mucho, el ombligo.
¿Te animas a hacerlo tú también?
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