Algunos piensan que quitándose la vida se escaparán de las pruebas y de los sufrimientos. En realidad, es mucho peor después. Nadie tiene derecho a decidir sobre su muerte, es una deserción que deberá pagar con otros sufrimientos. No hay lugar arriba para aquél que ha querido irse, no se le recibe: deberá errar en las regiones inferiores del plano astral durante el tiempo que le quedaba vivir en la tierra. La actitud del que se suicida revela en él grandes defectos. En primer lugar, es ignorante, porque no ve la razón de las pruebas que debe sufrir. Después, es orgulloso, puesto que cree conocer mejor que el Cielo las condiciones que merecía. Finalmente, es débil, porque no soporta las dificultades. Así que, ya veis: la ignorancia, el orgullo y la debilidad. Y el Cielo está descontento porque ha abandonado su puesto. El Cielo no puede estimar a aquél que toma la decisión de suprimirse, porque esto significa ponerse por encima de los Señores del destino, y después tendrá que padecer grandes sufrimientos.
O.M.A

Lo que buscamos está en nuestro interior, fuimos nosotros los que nos perdimos y por tanto los únicos que nos podemos volver a encontrar, recuperando la conexión con nuestra esencia primordial y volver a Ser. Este es el encuentro del buscador a través de la experiencia y la expansión de consciencia. Es una invitación a descubrir quiénes Somos realmente, para alumbrar los rincones del alma y nacer en Espíritu.