-·=»‡«=·-Tᑌ ᗪEᑕIᗪEᔕ
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Prevención, información y toma de conciencia.
Consumos problemáticos , ADICCIONES ,familia y codependencia.
Promoviendo hábitos saludables que promuevan una mejor calidad de vida,haciendo fortalecer el desarrollo humano de la persona.
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Hablemos sobre tus silencios, tus lamentos en la madrugada, de ese nudo en la garganta y del dolor de cuello que tienes de tanto voltear atrás. Hablemos del pinchazo en el pecho, del temblor de tus ojos y la agitación de tus manos. Hablemos de toda esa lucha para que podamos ver toda la valentía que hay en ti por soportar todo eso con tanta dignidad y como Dios te dio a entender.

Ahora mismo decide quererte bonito, a largo plazo, abrázate en voz alta, no te juzgues tan cruelmente por lo que sientes, sal por la noche a recoger estrellas. Es bello cuando las cosas no suceden como esperabas, pero resultan como lo necesitabas.

Presta mucha atención: Ahora mismo revalora tus prioridades, porque si tus prioridades son claras, las decisiones se tornan fáciles. Te aseguro que cada día estarás mejor parado, mejor preparado. No te apresures, deja que el silencio también te guíe. Calma. Fue un mal día, pero no por ello tiene que ser una mala vida.
Buen día!!!! es muy simple, es vida abundante. Sos parte. Buenas 24!!!❤️🙏

Tres cosas importantes

1 comenzamos el día agradeciendo a Dios y encomendándole que hoy se haga su voluntad y no la nuestra

2 estamos dispuestos a vivir el día enfrentando la vida tal cual es sin anestesias y sin expectativas pero con ganas de hacer lo necesario para que, con la ayuda de Dios, podamos transformar toda situación que aparezca en una oportunidad para crecer.

3 enfrentamos el día con la conciencia de que ya no estamos solos, que estamos juntos, que tenemos un grupo y Dios está de nuestro lado.
El milagro continua!!!❤️
Nadie nace adicto

Una persona con la problemática de la adicción no es un elemento extraño en estructura perfecta, y no quiero hablar de culpables porque no los hay, simplemente quiero decir que un adicto no es un problema, sino que es una persona con problemas, que vive en una familia con problemas, que a su vez esta existe en una sociedad con problemas. Es importante entender que nadie nace chorro, ni adicto, ni médico, ni vago, ni un trabajador esforzado. Sino más bien que las personalidades son configuradas en el seno familiar.
La familia es una matriz que configura en los primeros años de vida lo que luego la persona será el resto de su vida. Es muy importante entender que así como el niño aprende un idioma sin ir a una facultad, también aprende cómo relacionarse con el mundo y consigo mismo en el mismo lugar.
Una configuración emocional defectuosa o deficiente es el resultado de muchos factores, quiero nombrar sólo algunos.
límites:
Un límite no es decir "no" esto mas bien es una represión, un límite se construye a partir del ejemplo y a partir del cuidado amoroso hacia una persona, un límite cuida.
En las familias disfuncionales existe el límite rígido que se alterna con el flexible cuando no aparece el límite ausente.
Afecto:
Cuando no hay demostración de afecto no crece bien el cerebro, es tan importante la alimentación sana como el abrazo, la escucha y el contacto físico-emocional.
No se malcria a un niño alzandolo a upa, se malcria cuando no se le da amor.
Comunicación:
Esta es fundamental, porque cuando en una familia no hay comunicación, en realidad se está diciendo mucho. porque es imposible no comunicarse.
Cuando hay gritos, insultos, o grandes silencios etc. Esto daña el autoestima del niño y le enseña cómo tratar a los demás y como tratarse a sí mismo. También aparece el doble mensaje. Cuándo los mayores decimos una cosa y hacemos otra, las indirectas hablan de la imposibilidad de decir claramente lo que sentimos, hay un dicho que uso mucho que dice " la oveja no come palo, come pasto", por que las indirectas son una forma directa de destruir una comunicación sana, e definitiva los niños no aprenden de lo que decimos sino de lo que hacemos.
Pero acá lo más importante es entender que en una comunicación Clara, sincera, asertiva y recíproca, donde se puede poner en palabras lo que se siente sin reprimir se configura una personalidad independiente no A-DICTA. (A=No - Diccion=Decir)
Jesús le dijo a sus discípulos desaten al burro que yo lo necesito, también dijo desaten a Lázaro quitele las vendas.
En recuperación nos desatamos mutuamente de una configuración defectuosa al escucharnos sin juzgar, al hablar sin reprimir, al abrazar sin discriminar.
Reseteamos el chip y nos damos la oportunidad nuevamente de amar y dejarnos amar.
No dejes que tus errores definan otro más de tus días. A la mierda todo lo que han presagiado de ti. Es tiempo de blindar tus oídos y recuperar la confianza, aunque sea poco a poco. Deja a un lado la desilusión que te ha provocado el mundo. Zúrcete las heridas de una vez por todas. Haz que tus hechos aboguen por ti. Por momentos pensarás que no vale la pena intentarlo y pensarás que la fama que te antecede te impedirá lograrlo, pero con valentía puedes eclipsar los errores cometidos. Es tiempo de que dejes de drenar tus sueños. Es tiempo de vestir ese traje que compraste para un momento especial, pero nunca usaste; te lo vas a poner hoy, porque no existe ocasión más propicia que la de lanzarte de nuevo a la batalla de recuperar tu esperanza; te vestirás de pasión y entrega, de la cabeza a los pies.

Vamos a ascender desde el derrumbe.
El resentimiento es tan corrosivo como persistente, es un espejo que todo lo deforma a través del cual vemos el mundo. Los resentidos cargan con un filtro que tiñe de oscuro todo lo que tocan, llegan a ser incapaces de ver la luz, incluso cuando esta brilla intensamente. Viven en una prisión de su propia construcción, donde cada pensamiento y cada emoción está manchada por el amargor de lo que no fue, de lo que debió ser y no fue. Y lo más loco de todo, es que aunque lo nieguen, el resentimiento no es un destino ineludible, sino una elección. Podemos decidir alimentar ese fuego o podemos elegir apagarlo. La libertad llega al decidir que nuestra paz vale más que nuestro orgullo herido.
¿Por que?

Siempre de niños preguntamos el porqué de todo. Cuando la respuesta está al alcance de la mano podemos romper y ver de qué se trata pero cuando no se puede tenemos que preguntar. Y es de imaginar esa reacción al estar frente a un mundo nuevo y sorprendente.
Podríamos decir que esa es una de las primeras experiencias dónde surge la necesidad humana de encontrar respuestas y sentido a lo que sucede en nuestro entorno.
Esta pregunta sigue latente en el tiempo y aún de adultos siguen los “por qué” pero ya no tanto por las cosas que están pasando sino más bien para tratar de explicar las cosas que ME están pasando
¿Por que me suceden estas cosas? Retumba la pregunta al aire con los ojos vidriosos mirando hacia arriba y con las manos abiertas de par en par como pidiéndole a Dios mismo alguna explicación.
Muchas veces escuchamos hablar y decir está conocida frase: no digas “por que” sino “para qué”. Este juego de palabras parece ser como una receta mágica pero que no terminamos de comprender de forma práctica:
Voy a tratar de explicarlo de forma simple.
El “por que” tiene una temporalidad y nos deja entrampados en el pasado, en la historia, en la búsqueda de algún responsable de la situación dolorosa. Y ahí nos quedamos observándola por días, meses y hasta en muchos casos, años. En cambio el "para que" me situa en el presente y me posiciona de cara al futuro.
El “por qué” me victimiza, el “para qué” me hace responsable de mi propia historia. Me hace proactivo y no reactivo. Me ayuda a buscar el aprendizaje de esa experiencia y no las causas.
El “por qué” me deja estático junto al estanque de la injusticia, me deja ciego junto al camino de la prosperidad, me deja sangrando encerrado en un cuarto sin poder salir.
El “por qué” se lamenta por lo que hicieron de mí. En cambio el “para que” me ayuda a descubrir los propósitos y a decidir qué voy a hacer con lo que hicieron de mi, me da una nueva oportunidad para resignificar mi vida. Me ayuda a pararme frente Dios y decirle: ya estoy listo, quiero recobrar la vista. Si, quiero ser sano, si hoy decido salir del encierro, abrir las puertas, atravesar los obstáculos e ir a tocar tu manto.
El síndrome del mesias

“El Mesías” es un concepto que nace de la religión judeocristiana, este hace alusión a aquel ungido de Dios anunciado por los profetas que vendrá a salvar a su pueblo de los opresores. Aunque esto de esperar un salvador no corresponde pura y exclusivamente a la religión, sino también aparece y se desarrolla de dos formas: De forma pasiva en las personas que piensan que hay alguien, o algo que los tiene que salvar. Y de forma activa en aquellos qué permanentemente se ponen en un rol Salvador de los problemas de los demás, aún sin que nadie haya solicitado sus servicios. En realidad estas personas sólo quieren salvarse a sí mismos de sus carencias afectivas salvando a otros, esto pasa mucho en las personalidades codependientes.
Este síndrome se manifiesta en los adictos cuando esperan que algo fuera de ellos los salve por ejemplo: Quizá sea algún buen trabajo que los haga sentir mejor; o dejaran las drogas con la llegada de un nuevo hijo, o por el refuerzo de las débiles, y cada vez menos, buenas intensiones de su mujer y su madre, o también que suceda algo al azar que pueda sacarlos del sufrimiento como por arte de magia.
Este conjunto de síntomas viene en el mismo paquete de la adicción y la codependencia, y es generado por la mismisima negación que hace lo suyo para evitar que el enfermo reconozca su enfermedad, porque sabe que la adicción para que crezca tiene que mantenerse en las sombras de la ignorancia, si se la descubre pierde fuerza y corre el peligro de ser autodiagnostica y que la luz del darse cuenta comience con su aniquilación.
La persona que sufre esta sintomatología no se cree capaz de enfrentar la vida solo, tiene un alto nivel de autoconmiseración, se siente desvalido, impotente y sólo; Posee una gran sensación de abandono. El todavía no puede reconocer que alguien pueda hacer algo que no quiera hacer por sí mismo, no puede entender que está en un pozo en el qué hay lugar para una sola persona, y que la soga que lo tiene atado está solo en su mente.
El adicto que piensa así en el fondo espera no ser salvado, lo que le pasa no es que no puede, sino que no quiere porque todavía tiene alguna fantasía de control disfrazada de sufrimiento, una falsa humildad que le dice a su entorno: “tienen que esforzarse un poco más si quieren salvarme Mientras tanto yo sigo consumiendo un poquito mas”.
Este síndrome desaparece cuando tocas fondo y por fin reconoces que nadie puede recuperarte, nadie puede salvarte si no lo haces vos mismo.
Ahora entiendo lo más importante: me di cuenta.
¿Si no soy yo quién lo hará?
¿Si no es aquí, dónde?
¿Si no es ahora, cuando?
Ya no soy víctima, ya no hay culpables, tampoco hay rencores, solo por hoy voy a dar lo mejor de mí, voy a hacer lo necesario para estar limpio, aquí y ahora es la habitación de Dios y con el, SOY MÁS QUE UN VENCEDOR!!!
Desde los primeros destellos de la conciencia, un niño no mide el amor por la opulencia o la magnificencia de los juguetes. Porque su mundo, más allá del asombro, se construye en las sonrisas, en los abrazos cálidos, en las historias contadas con ternura en la noche. Estos son los tesoros que, a lo largo de los años, se convierten en los pilares de nuestra existencia, sosteniéndonos en momentos de soledad o perdición. No pretendo negar los beneficios y aportes del universo material, pero aquí estoy recalcando la jerarquía del mundo emocional. Mi madre no solo me miraba a los ojos cuando le hablaba, sino que me prestaba atención con toda su presencia. Sabía lo que me gustaba, los nombres de mis amigos, mis problemas con ellos, la niña que me gustaba, la materia que odiaba, el programa que me gustaba y los miedos que me perseguían. Tantas veces me vio roto y ahí estaba para acompañarme mientras sanaba.
¡Uff! Ese bendito segundo de inflexión emocional y psicológico tan significativo en la vida de cada uno de nosotros. Ahí donde llegamos a una liberación de cargas y preocupaciones que anteriormente nos afectaban profundamente. No gritamos "¡Ya me da igual! Y es verdad" desde el cinismo, hastío o la imprudencia, sino desde el ascenso emocional. Hemos avanzado sin olvidar la lección. Es aceptación, no resignación. La aceptación implica reconocer, pero no precisamente conformarse con la realidad tal y como está.

Nos hemos liberado de aquello que ya no tiene el poder de afectarnos porque hemos tomado control sobre nuestras respuestas emocionales, asumiendo responsabilidad y estableciendo límites saludables.
Por favor dejen de confundir los comportamientos irrespetuosos con “tengo carácter”, “soy muy sincero” o “yo soy así”, como si esto disculpara la falta de modales, la empatia, o simplemente las fronteras del respeto.
Observar nos enseña a callar. Ser silencioso es un arte que todos tenemos que aprender a practicar. Comienza por ser el último en opinar en una reunión y verás lo que otros se apresuraron a suponer.
Que cansado es estar molesto, hay que andarse acordando a cada rato del porqué y cómo te jodieron. Vaya obsesión sin sentido. Tuvimos el lujo del tiempo y lo desaprovechamos en la ira y el rencor. Suelta lo que no es para llevar.
El fuego del proceso

Buen día mis amigos, que lindo es observar una alhaja en la vidriera de una joyería, o puesta adornando el cuello de una dama, o quizá en forma de pulsera o cadenita de un barón.
De la misma manera es muy lindo ver la vida de hombres y mujeres que estan en el proceso de recuperación, son personas que están aprendiendo a vivir la vida un dia a la vez, lejos del infierno de las drogas. Que lindo es verlos y escucharlos hablar, aveces con sus dilemas y otras veces con tanta convicción y fuerza.
Te sugiero que cuando estés frente a uno de ellos escuches sus palabras pero también mires sus ojos, en ellos vas a observar un brillo especial, el brillo que les da el dolor después de salir de el, o al momento de transitarlo sin ánimo de escaparse, el brillo que le da la angustia cuando la pueden poner en palabras o cuando por fin pueden liberarse de ella, tambien el brillo que le da la desesperación de decirle que no a algo que le atrae visceralmente, pero a pesar de ello eligieron la vida mas que la recompensa inmediata, podras ver el brillo que le da el estar recuperandose de muchas noches sin dormir, muchos días sin reír y muchos atardeceres sin amar.
Ese es un brillo particular de alguien que está pasando por un proceso, negándose a si mismo y aceptando la gracia, la misericordia y el perdón de Dios. Es el mismo brillo de la pieza de plata luego de haber sido purificada por el fuego en el taller del alhajero.
Dios mismo es el alhajero, el que funde la plata para que quede pura y brillante como los ojos del vencedor.
Amigos, el fuego es necesario para quitar las impurezas, para quemar lo que es superficial, el fuego es necesario para la recuperación, pero no el fuego extraño del dolor por el dolor, si no el fuego del proceso de Dios, por que el regula la intensidad de la llama, El está en control, El está cerca, no te vas a quemar, vas a ser procesado para que brilles y muchos te admiren.
Tranquilo que vas a sentir el calor pero lo que se va a quemar es lo que no te sirve, vos, tu persona, quedará intacta, por que este es un proceso donde te vas a encontrar con vos mismo y vas a descubrir el valor incalculable que tenés, por que te vas a dar cuenta que ahora fuiste validado por alguien que sabe de metales y no por los chatarreros de turno. No.

Proverbio 25:4 Quita las escorias de la plata,
Y saldrá alhaja al fundidor.
10 claves para ser felices

1 No vayas a donde no te llaman.
2 No permanezcas a donde no te sentis respetado.
3 No digas no cuando querés decir sí.
4 No digas sí cuando querés decir no.
5 No ayudes sin que te lo pidan.
6 No hagas por el otro lo que el otro puede hacer por sí mismo.
7 Deja de hacer, hacer, hacer, hacer, hacer y hacer.
8 deja de intentar resolver los problemas qué son de Dios.
9 Deja de intentar resolver los problemas que son de los demás.
10 Deja de trabajar para el sueño de otro.

La felicidad no viene, ni te llega, ni se te da, ni te la dan, ni se busca, ni se encuentra.
la felicidad se ASUME con valentía.
Ama lo que haces en verdad, amar nos eleva más allá de nuestra condición de criaturas. El amor te hace magnánimo, es decir, más ancho, más hondo, más alto, más grande. Cuando se ama de forma genuina, caben más personas, más colores, más formas, más olores, más cosas visibles e invisibles. Te das cuenta de que amas porque tu capacidad de hospedar a otros crece enormemente, tu capacidad de sostener a otros se maximiza, destilas ternura, firmeza y poder. Cuando amas lo que sueñas, no hay insomnio que te detenga; el amor te levanta, te forja y te empuja a ir más allá de lo que crees poder dar.
Si te cuenta cómo se siente, no conviertas esa plática en discusión, por favoooooor. Escuchar con serenidad es igual a abrazar con bondad. Entiendo que las diferentes perspectivas se discuten, se hablan, se toman acuerdos. Pero cuando hay un sentimiento, pausa. A veces no queremos que nos escuchen, solo queremos hablar.

La hombría no se mide por qué tan bien defiendes tus puntos de vista. La hombría no es ser cinta negra en retórica. La hombría no es ganar cada discusión y en cada discusión irla perdiendo a ella. La hombría no es qué tan alto gritas o qué tan frío eres. La hombría se mide por la habilidad y capacidad que tienes al cuidar su corazón cuando lo tengas en tus manos. La hombría se mide cuando aplicas y enseñas el bello idioma de la ternura y la paciencia, ahí es donde el alma puede danzar tranquila. No me dejarán mentir: ¡Qué bonito detalle es que alguien te preste atención y después se acuerde de las cosas que le cuentas! La atención ya es un artículo de lujo. Escuchar con amor es igual a abrazar el corazón. ¿Quieres hacer algo bello por tus hijos? Ama a su madre, escucha a su madre y jamás la derrotes delante de ellos, porque nadie quiere estar con alguien que se la vive derrotándote.
El espejo

Cuando te sentís agredido por lo que te dice una persona no te defiendas, porque así empiezan las guerras. Sólo escuchá y no te defiendas, quizás encuentres en esas palabras el tesoro que hace rato estabas buscando.
No te enojes con el maestro, no discutas con é espejo, sólo mirate y escucha, porque si te defendés no vas a aprender nada.
En la guerra no se aprende porque alli no hay palabras, sólo se aprende en tiempos de paz cuando no hay sirenas ni explosiones, sólo en el silencio sereno del alma podemos escuchar resonar esas palabras como un instrumento bien afinado.
Porque el nivel de crecimiento y espiritualidad no se mide con la acción, sino con la reacción. El nivel de soberbia se mide con la reacción, ¿que haces cuando te están diciendo algo? Ahí tenés tu soberbiometro.
Podemos ser buenos actores delante de las personas, inclusive tener una apariencia de piedad, y un traje de imitación de tolerancia pero frente a la circunstancia que nos desafía es dónde se va a manifestar el ser que somos en realidad.
Por eso no te defiendas, no reacciones, más vale da un sentido y humilde: "GRACIAS, lo voy a tener en cuenta o, te AGRADEZCO, no me había dado cuenta".
Da las gracias a ese reflejo, porque la gratitud nos hace grandes, la reacción nos hace pusilánimes.
No te defiendas, alza tus manos y rendite, es tiempo de crecer.
Porque sino te defendes estás ganando, y no a la otra persona sino a vos mismo.
Identidad

La adicción es una enfermedad del sistema nervioso, es crónica, progresiva y fatal. Según la ciencia tiene tres finales: La muerte, la cárcel o la locura, pero Quiero señalar algo que para mí es muy importante; La adicción es una enfermedad pero el llamado "adicto" no es un enfermo, si no que es una persona que tiene una enfermedad, es decir, si decimos “es enfermo” implica el ser, “es", habla de su ser, pero el no es enfermedad porque también tiene salud en otras áreas de su vida. Quiero decir que mas allá de la enfermedad el tiene partes sanas que son fuertes, que no se rinden, que buscan desplegarse, que claman para emerger; esa parte sana es su potencial, que así como ese pasto que se abre camino entre pesadas baldosas buscando luz; y como esa flor que nace y crece en un desierto hostil, y aunque ahí le tocó estar, y las posibilidades de sobrevida son pocas, hay una fuerza divina qué le hace desplegar su belleza aunque sea lo último o lo único que haga en su existencia.
En cambio la adicción es una enfermedad oportunista, débil, mentirosa, inestable, que necesita de la negación para mantenerse en el tiempo y crecer. Esta es una enfermedad que puede des-enfermarse, perder fuerza y poder sobre tu vida cuando te das cuenta que no sos eso.
El problema es la identificación, si me identifico con la parte enferma entonces soy eso, débil, enfermo, pobre víctima del destino. Asi la enfermedad se adueña de mi.
En cambio si me identifico con mi parte sana, entonces soy eso, dejo de ser paciente para transformarme en un sujeto activo de mi propio cambio, me adueño de la enfermedad pero no ella de mi.
Por eso no soy un enfermo, reconozco que tengo una enfermedad pero no soy eso. Soy mucho más, soy una persona con un potencial en pleno despliegue, estoy en recuperación.
Mi potencial explota cuando salgo de las sombras y me conecto con mi verdad, con mi esencia, con esa persona que Dios creo para triunfar.
Amor brutal

No sanamos por el amor que nos dan, sanamos por el amor que damos.
Mucha gente: madres, esposas, hijos, son capaces de hacer cualquier cosa para curarnos, para sacarnos del pozo del sufrimiento de las drogas, de las consecuencias de nuestras malas decisiones, pero terminan en el pozo junto a nosotros.
Pueden hasta poner en riesgo su propia vida y su propio desarrollo personal en pos de ese emprendimiento. Pero eso no mueve ni un milímetro la condición, porque el amor que nos dan no tiene un lugar donde depositarse si no hay amor propio.
El amor propio está roto, entonces el vacío es abismal, todo lo que entra se pierde, por eso digo que sanamos por el amor qué damos, comenzando con el que nos damos primeramente a nosotros mismos.
El amor no es algo abstracto, no está volando en el aire, el amor es cuando hago lo que necesito y no lo que quiero, es llevarme al lugar donde tengo que estar, es sacarme de los lugares que no me conviene.
¿Cuánto tengo que amarme? El 100% ¿cuánto amor tengo que darme? Todo el amor.
¿Cuánto tengo que amar a los demás? El 100%
¿Cuál es el límite del amor? Ama sin límites si quieres sanar, extiéndete un poco más, corre tus propias barreras afectivas, aunque no quieras hacerlo, identifica que el que no quiere amar es el ego, el ego solo quiere dar Si recibe algo a cambio, tu ser esencial es amor, es altruista, se ilumina al dar sin esperar.
El amor es gigante lo cubre todo, amar poquito no es amar, es miedo.
Ama aunque te duela, dalo todo porque de eso nunca te vas a arrepentir, pero no esperes nada, ama y suelta que así poco a poco los tejidos del alma se van reconstruyendo, sanamos por el amor que damos no por el amor que nos dan.
Cuando amamos nos relacionamos desde la sanidad, y cuando esperamos algo nos relacionamos desde nuestra carencia.
Cuando reclamamos salimos del modo sanidad, entonces así, nuevamente, entramos en el bucle enfermo, en la ruedita del hámster que nunca llega a ningún lado, no paramos de de reclamar amor, esperar amor, mendigar amor.
Perdemos de vista que cuando estamos en esa actitud demandante y reclamamos, cada vez hay menos, pero cuando nos relacionamos desde el agradecimiento, desde el dar, desde el amor, cada vez hay más.
Seguimos sanando....
RecuperAcción

La recuperación es un proceso activo. Es decir, avanzo en ella a medida que voy haciendo cosas a su favor, y ella va avanzando en mí a medida que tenga el espacio para hacerlo.
La enfermedad de la adicción es un camino hacia abajo, no tengo que hacer nada para ser un buen adicto, simplemente tengo que dejarme llevar por el impulso. En cambio en la recuperación tengo que hacerlo todo porque es ir en contra del impulso. Es un camino hacia arriba porque en cada paso necesito hacer un esfuerzo, pero como en todo ejercicio físico al principio cuesta un poco más, pero después es más simple porque creamos músculo, crecemos, generamos resistencia y sentimos el placer de disfrutar de esa experiencia. En cambio en la adicción no hay nada que disfrutar porque soy como un títere porque no estoy haciendo nada, sólo me estoy dejando llevar.
La recuperación no es una internación o un grupo sino que es un estilo de vida cargado de acciones responsables hacía mí, a eso le llamo amor propio.
La Internación o el grupo son parte de la recuperación, son algunos de los elementos que la constituyen, pero no son la recuperación. La internación o el grupo son factores de protección al alcance de la mano de la persona en recuperación pero no hacen nada por la persona que la persono no quiera, la adicción no es como el coronavirus que necesita un tiempo de aislamiento como tampoco es como aprender a cocinar que necesita un curso de algunos encuentros.
En cambio la adicción es la enfermedad que resulta de no hacer nada por mí. Ella tiene la fuerza que no tiene mi recuperación. Es algo asi como la oscuridad, sólo existe en la ausencia de la luz y solo con un pequeño fósforo encendido ya comienza a temblar y a menguar. Y si prendemos una vela o un foco simplemente desaparece. Sólo existe detrás de los objetos como una sombra. Nunca desaparece por completo pero ya no me afecta porque ya no me controla.
Mientras que esté la luz de la recuperación encendida no tengo nada que temer. Hoy voy hacia arriba, al desarrollo de mi potencial, al despliegue de mis capacidades.
La luz se encendió y sólo por hoy no se apagará.