«La Sabiduría del Sentido Común: El Don que Guarda Tu Vida.»
Cita bíblica:
*Hijo mío, no pierdas de vista estas dos cosas: la sabiduría y el sentido común. No dejes que se aparten; cuélgatelas al cuello como un collar. – Proverbios 3:21 (NTV)*
Reflexión:
En un mundo lleno de distracciones y decisiones complejas, el sentido común se ha convertido en un tesoro escaso. Sin embargo, la Palabra de Dios nos recuerda su importancia fundamental. Proverbios 3:21 nos exhorta a no perder de vista la sabiduría y el sentido común, comparándolos con un collar valioso que debemos llevar siempre con nosotros. En efecto, el sentido común no es simplemente una cualidad innata, sino un don divino que debemos cultivar diariamente. Por consiguiente, cada decisión que tomamos basada en el sentido común nos acerca más a una vida plena y alejada de problemas innecesarios.
Este don de discernimiento se ejemplifica maravillosamente en la historia del rey Salomón, conocido como el hombre más sabio que jamás existió. Recordemos el famoso caso de las dos mujeres que se presentaron ante él, disputando sobre un bebé vivo. Ambas habían dado a luz, pero uno de los bebés había muerto durante la noche. Las dos reclamaban ser la madre del niño vivo. Ante esta compleja situación, Salomón utilizó su extraordinario sentido común: ordenó que se dividiera al niño en dos partes iguales para cada mujer. La verdadera madre, movida por el amor, renunció a su hijo para salvarlo, mientras que la falsa madre accedió a la división. Así, mediante esta estrategia aparentemente cruel pero profundamente sabia, Salomón pudo discernir la verdad y entregar el bebé a su verdadera madre.
El sentido común, desde la perspectiva bíblica, va más allá de la simple lógica humana; es discernimiento divino aplicado a situaciones cotidianas. No se trata solo de tomar decisiones racionales, sino de actuar con sabiduría celestial en cada aspecto de nuestra vida. Dios nos invita a pedirle este don, como promete en Santiago 1:5: «Si alguno de ustedes tiene falta de sabiduría, pídala a Dios». Lo adquirimos a través del estudio constante de la Palabra, la oración sincera y la experiencia de vida guiada por el Espíritu Santo. ¿No es asombroso pensar que Dios desea equiparnos con esta herramienta tan poderosa para navegar por las complejidades de la vida?
Como cristianos comprometidos, debemos reconocer que el sentido común bíblico es uno de los mayores regalos que Dios nos ha dado. Este don nos protege de decisiones precipitadas, nos guía en momentos de confusión y nos ayuda a distinguir lo valioso de lo superficial. Proverbios nos enseña que la sabiduría y el sentido común son como guardianes que velan por nuestro bienestar: «Ellos serán vida para tu alma y gracia para tu cuello». En un mundo donde abundan las filosofías engañosas y los valores distorsionados, el sentido común fundamentado en la Palabra nos mantiene firmes, como un faro en medio de la niebla cultural que nos rodea.
Cita bíblica:
*Hijo mío, no pierdas de vista estas dos cosas: la sabiduría y el sentido común. No dejes que se aparten; cuélgatelas al cuello como un collar. – Proverbios 3:21 (NTV)*
Reflexión:
En un mundo lleno de distracciones y decisiones complejas, el sentido común se ha convertido en un tesoro escaso. Sin embargo, la Palabra de Dios nos recuerda su importancia fundamental. Proverbios 3:21 nos exhorta a no perder de vista la sabiduría y el sentido común, comparándolos con un collar valioso que debemos llevar siempre con nosotros. En efecto, el sentido común no es simplemente una cualidad innata, sino un don divino que debemos cultivar diariamente. Por consiguiente, cada decisión que tomamos basada en el sentido común nos acerca más a una vida plena y alejada de problemas innecesarios.
Este don de discernimiento se ejemplifica maravillosamente en la historia del rey Salomón, conocido como el hombre más sabio que jamás existió. Recordemos el famoso caso de las dos mujeres que se presentaron ante él, disputando sobre un bebé vivo. Ambas habían dado a luz, pero uno de los bebés había muerto durante la noche. Las dos reclamaban ser la madre del niño vivo. Ante esta compleja situación, Salomón utilizó su extraordinario sentido común: ordenó que se dividiera al niño en dos partes iguales para cada mujer. La verdadera madre, movida por el amor, renunció a su hijo para salvarlo, mientras que la falsa madre accedió a la división. Así, mediante esta estrategia aparentemente cruel pero profundamente sabia, Salomón pudo discernir la verdad y entregar el bebé a su verdadera madre.
El sentido común, desde la perspectiva bíblica, va más allá de la simple lógica humana; es discernimiento divino aplicado a situaciones cotidianas. No se trata solo de tomar decisiones racionales, sino de actuar con sabiduría celestial en cada aspecto de nuestra vida. Dios nos invita a pedirle este don, como promete en Santiago 1:5: «Si alguno de ustedes tiene falta de sabiduría, pídala a Dios». Lo adquirimos a través del estudio constante de la Palabra, la oración sincera y la experiencia de vida guiada por el Espíritu Santo. ¿No es asombroso pensar que Dios desea equiparnos con esta herramienta tan poderosa para navegar por las complejidades de la vida?
Como cristianos comprometidos, debemos reconocer que el sentido común bíblico es uno de los mayores regalos que Dios nos ha dado. Este don nos protege de decisiones precipitadas, nos guía en momentos de confusión y nos ayuda a distinguir lo valioso de lo superficial. Proverbios nos enseña que la sabiduría y el sentido común son como guardianes que velan por nuestro bienestar: «Ellos serán vida para tu alma y gracia para tu cuello». En un mundo donde abundan las filosofías engañosas y los valores distorsionados, el sentido común fundamentado en la Palabra nos mantiene firmes, como un faro en medio de la niebla cultural que nos rodea.
🌟A veces sentimos que hemos luchado demasiado, que nuestras fuerzas se acaban y que la meta está aún muy lejos. Pero es precisamente en esos momentos cuando
*Dios nos recuerda que Él no se ha olvidado de nosotros. Cada lágrima, cada oración, cada paso de fe cuenta. La victoria no es solo un destino, es también el resultado de confiar en el proceso que Dios ha trazado. Aunque no veamos todo el camino, Él ya ha preparado la salida. Confía, porque la victoria está más cerca de lo que imaginas.* 💪🏼
*Dios nos recuerda que Él no se ha olvidado de nosotros. Cada lágrima, cada oración, cada paso de fe cuenta. La victoria no es solo un destino, es también el resultado de confiar en el proceso que Dios ha trazado. Aunque no veamos todo el camino, Él ya ha preparado la salida. Confía, porque la victoria está más cerca de lo que imaginas.* 💪🏼
Ser sincera con Dios desde lo más profundo de tu ser
¿Por qué estás tan abatida, alma mía? ¿Por qué estás angustiada? En Dios pondré mi esperanza y lo seguiré alabando.
¡Él es mi salvación y mi Dios! Salmo 42:11 (NVI)
d5.28-25_spanish
El verano pasado compramos un perro nuevo porque no pude resistirme, especialmente después de que mi hija Missy dijera: «Mamá, ¡ya lo amo y él ya me ama!».
Bucky es el más dulce de nuestro grupo canino, ¡pero de cachorro era el "Señor Caca"! Como es el perro de Missy, acordamos que el entrenamiento para ir al baño recaería sobre ella. Estaba entusiasmada… hasta que empezó a levantarse con él a las 6 de la mañana todos los días.
Una mañana, ella se rehusó a levantarse. Esto provocó un depósito no deseado en una alfombra nueva, lo que dio lugar a una discusión animada entre madre e hija, lo que provocó que mi hija — normalmente amable y respetuosa — montara un berrinche y murmurara: «A veces quisiera que no fueras mi mamá».
¡Dios mío!, pasé por muchos momentos difíciles durante años para poder adoptarla de Haití. Le he dado todo mi corazón. Después de Jesús, ella es mi primera prioridad cada minuto de cada día. Así que su comentario petulante me dolió un poco, pero sabía que no lo decía en serio. Fue exactamente lo que susurró entre lágrimas de arrepentimiento durante nuestro abrazo largo, apenas minutos después de la crisis.
Por la pura gracia de nuestro Creador y Redentor, Missy es totalmente honesta. Ella no filtra sus emociones, porque ha aprendido que no necesita presentarme la versión más brillante de sí misma. Su posición en nuestra familia pequeña es más segura que dos fajas Spanx.
Lo mismo es verdad para con nosotras y Dios. No necesitamos presentarle nuestra versión más brillante a Él. No importa lo que estemos sintiendo, podemos ser honestas, así como el salmista que escribió el Salmo 42:11:
¿Por qué estás tan abatida, alma mía? ¿Por qué estás angustiada? En Dios pondré mi esperanza y lo seguiré alabando. ¡Él es mi salvación y mi Dios!
El Salmo 42 concluye con una proclamación de restauración, “lo seguiré alabando”, pero lo que más aprecio de los salmos de lamento como este, ¡es que Dios los permite ser incluidos en la Biblia en primer lugar! En lugar de repudiar a las personas desilusionadas, Dios permitió que los 59 “salmos tristes” de las Escrituras fueran Su invitación grabada para que seamos reales con Él: para ser honestas cuando nuestros corazones están pesados y no mostrar caras felices falsas.
Esta narrativa bíblica prueba una y otra vez que Su amor por nosotras es inmutable; no cambia. Esto significa que podemos compartir todo con Él: nuestra alegría, lágrimas, esperanzas, sueños, inseguridades, enojo y miedos… todo con la confianza absoluta que Él nunca nos dejará, abandonará ni dejará de amarnos.
Padre, es difícil entender cómo es que Tú puedes conocerme completamente y aun así amarme incondicionalmente. Gracias por mandarme el consuelo del Espíritu Santo, que constantemente me recuerda que he sido adoptada en Tu familia para siempre y que tengo el derecho de llamarte “Papá”. Hoy, traigo mis sentimientos a Ti…(ofrécele tus sentimientos verdaderos ahora). Y creo que puedo permanecer en Tu abrazo. En el Nombre de Jesús, Amén.
¿Por qué estás tan abatida, alma mía? ¿Por qué estás angustiada? En Dios pondré mi esperanza y lo seguiré alabando.
¡Él es mi salvación y mi Dios! Salmo 42:11 (NVI)
d5.28-25_spanish
El verano pasado compramos un perro nuevo porque no pude resistirme, especialmente después de que mi hija Missy dijera: «Mamá, ¡ya lo amo y él ya me ama!».
Bucky es el más dulce de nuestro grupo canino, ¡pero de cachorro era el "Señor Caca"! Como es el perro de Missy, acordamos que el entrenamiento para ir al baño recaería sobre ella. Estaba entusiasmada… hasta que empezó a levantarse con él a las 6 de la mañana todos los días.
Una mañana, ella se rehusó a levantarse. Esto provocó un depósito no deseado en una alfombra nueva, lo que dio lugar a una discusión animada entre madre e hija, lo que provocó que mi hija — normalmente amable y respetuosa — montara un berrinche y murmurara: «A veces quisiera que no fueras mi mamá».
¡Dios mío!, pasé por muchos momentos difíciles durante años para poder adoptarla de Haití. Le he dado todo mi corazón. Después de Jesús, ella es mi primera prioridad cada minuto de cada día. Así que su comentario petulante me dolió un poco, pero sabía que no lo decía en serio. Fue exactamente lo que susurró entre lágrimas de arrepentimiento durante nuestro abrazo largo, apenas minutos después de la crisis.
Por la pura gracia de nuestro Creador y Redentor, Missy es totalmente honesta. Ella no filtra sus emociones, porque ha aprendido que no necesita presentarme la versión más brillante de sí misma. Su posición en nuestra familia pequeña es más segura que dos fajas Spanx.
Lo mismo es verdad para con nosotras y Dios. No necesitamos presentarle nuestra versión más brillante a Él. No importa lo que estemos sintiendo, podemos ser honestas, así como el salmista que escribió el Salmo 42:11:
¿Por qué estás tan abatida, alma mía? ¿Por qué estás angustiada? En Dios pondré mi esperanza y lo seguiré alabando. ¡Él es mi salvación y mi Dios!
El Salmo 42 concluye con una proclamación de restauración, “lo seguiré alabando”, pero lo que más aprecio de los salmos de lamento como este, ¡es que Dios los permite ser incluidos en la Biblia en primer lugar! En lugar de repudiar a las personas desilusionadas, Dios permitió que los 59 “salmos tristes” de las Escrituras fueran Su invitación grabada para que seamos reales con Él: para ser honestas cuando nuestros corazones están pesados y no mostrar caras felices falsas.
Esta narrativa bíblica prueba una y otra vez que Su amor por nosotras es inmutable; no cambia. Esto significa que podemos compartir todo con Él: nuestra alegría, lágrimas, esperanzas, sueños, inseguridades, enojo y miedos… todo con la confianza absoluta que Él nunca nos dejará, abandonará ni dejará de amarnos.
Padre, es difícil entender cómo es que Tú puedes conocerme completamente y aun así amarme incondicionalmente. Gracias por mandarme el consuelo del Espíritu Santo, que constantemente me recuerda que he sido adoptada en Tu familia para siempre y que tengo el derecho de llamarte “Papá”. Hoy, traigo mis sentimientos a Ti…(ofrécele tus sentimientos verdaderos ahora). Y creo que puedo permanecer en Tu abrazo. En el Nombre de Jesús, Amén.
Oración
Todos ustedes son hijos de la luz y del día. No somos de la noche ni de la oscuridad. No debemos, pues, dormirnos como los demás, sino mantenernos alerta y en nuestro sano juicio. 1 Tesalonicenses 5:5-6
Amado Padre que estás en el cielo, te damos gracias porque podemos ser tus hijos. Te agradecemos que por medio de tu Espíritu nuestros corazones pueden entender que somos tus hijos. Aun cuando todo a nuestro alrededor se vuelve difícil y somos asediados por la oscuridad, seguimos siendo tus hijos. Aun cuando a menudo no vemos cómo continuar y parece que nos despojan de todo, no dejamos de ser tus hijos. Incluso cuando el pecado y la muerte nos rodean y nos acusan de estar equivocados, todavía somos tus hijos. Como hijos tuyos nos encomendamos en tus manos. En toda nuestra vida, en todo nuestro trabajo y actividades, vivimos de lo que recibimos de ti y nos regocijamos en Cristo nuestro Salvador. Amén.
Todos ustedes son hijos de la luz y del día. No somos de la noche ni de la oscuridad. No debemos, pues, dormirnos como los demás, sino mantenernos alerta y en nuestro sano juicio. 1 Tesalonicenses 5:5-6
Amado Padre que estás en el cielo, te damos gracias porque podemos ser tus hijos. Te agradecemos que por medio de tu Espíritu nuestros corazones pueden entender que somos tus hijos. Aun cuando todo a nuestro alrededor se vuelve difícil y somos asediados por la oscuridad, seguimos siendo tus hijos. Aun cuando a menudo no vemos cómo continuar y parece que nos despojan de todo, no dejamos de ser tus hijos. Incluso cuando el pecado y la muerte nos rodean y nos acusan de estar equivocados, todavía somos tus hijos. Como hijos tuyos nos encomendamos en tus manos. En toda nuestra vida, en todo nuestro trabajo y actividades, vivimos de lo que recibimos de ti y nos regocijamos en Cristo nuestro Salvador. Amén.
«Dios no te hubiera dado la capacidad de soñar sin también darte la posibilidad de hacerlo realidad.»
«La fe es creer en lo que no ves; la recompensa de esa fe es ver lo que crees.»
«Dios no nos da lo que podemos soportar, nos ayuda a soportar lo que nos es dado.»
4. «Dios es el camino, no el destino.»
4. «Dios es el camino, no el destino.»
«Dios está siempre contigo, sólo tienes que abrir tu corazón y dejarlo entrar.»
«Dios es el arquitecto de nuestro destino; sólo tenemos que confiar en Él.»
"Dios no nos da todo lo que deseamos, pero sí cumple sus promesas" .
"No importa cuántos obstáculos encuentre, porque Dios está delante de mí, abriendo camino" .
Tenía muchas cosas que guardé en mis manos y las perdí. Pero todo lo que guarde en las manos de Dios, lo sigo teniendo.