Cientos de personas se concentraron el 27 de enero en Madrid frente a la sede central de Repsol, la multinacional española responsable del vertido de 6.000 barriles de petróleo en la terminal de la refinería La Pampilla, en la costa de Perú.

Casi 9.000 kilómetros cuadrados de costa y mar se han visto afectados por este desastre ecológico que ha pone en peligro reservas, islas y zonas de refugio de aves marinas.

Convocadas Colectiva Kuntucanqui, denuncian que la mancha negra del petróleo ha quitado el trabajo a 3.000 personas que vivían de la pesca. Acusan a Repsol de tratar de ocultar el derrame, después minimizarlo y mentir sobre su alcance y las medidas a tomar.

Ante la sede de Repsol se calificó de ecocida a la empresa, se pidieron sanciones económicas, se solicitaron indemnizaciones a los perjudicados y que se renegocien las condiciones para continuar desarrollando su actividad en Perú.

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