The Oil Crash
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Antonio Turiel. Científico Titular en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC http://crashoil.blogspot.com
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The Oil Crash:
Discurso del Almirante Hyman G Rickover en 1957.
La disminución en el consumo de energía per cápita siempre ha llevado en el pasado a la decadencia de las civilizaciones y una involución a una forma de vida más primitiva. Por ejemplo, se cree que el agotamiento de la madera fue la razón principal de la caída de la civilización maya en este continente y del declive de civilizaciones otrora florecientes en Asia. India y China alguna vez tuvieron grandes masas forestales, al igual que gran parte del Medio Oriente. La deforestación no solo disminuyó la base energética, sino que tuvo un efecto desastroso adicional: al carecer de cubierta vegetal, el suelo se perdió con las lluvias y, con la erosión del suelo, también se redujo la base nutricional de estas
sociedades.

Otro motivo del declive de las civilizaciones se puede deber a la presión de la población sobre la tierra cultivable disponible. Se llega a un punto en el que la tierra ya no puede mantener las personas o a los animales domésticos.
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Crónica del caos - Junio de 2022.

En medio de esta crisis desatada, de este desastre en progreso, de este caos que solo crece, la desorientación de nuestros líderes es sangrante. En EE.UU., la Administración Biden amenaza con utilizar una ley de tiempos de guerra para obligar a las petroleras a sacar más combustible de las refinerías, a pesar de que eso sea química y termodinámicamente imposible. Si esto falla, la última carta es prohibir la exportaciones de productos petrolíferos fuera de los EE.UU., con consecuencias a escala mundial. Al otro lado del Atlántico la desorientación no es mucho menor: en febrero la Comisión Europea declaró la nuclear y el gas como "energías verdes" (decisión ahora contestada por el Parlamento Europeo), pero lo que es peor es que en el reciente paquete de medidas REpowerEU se ha decidido incrementar el uso del carbón un 5% respecto a los niveles actuales, durante 15 años, para compensar la falta de gas ruso, tirando así a la basura tres décadas de legislación europea en la lucha contra el Cambio Climático. Porque, no nos engañemos, la transición energética nunca se basó en una preocupación por el clima y el medio ambiente: el telón de fondo era asegurar el mantenimiento del sistema económico actual, usando para ello las fuentes de energía que fueran necesarias; y si las renovables no valen, pues bueno es el carbón. Mientras tanto, se intenta dar un impulso desesperado a las renovables con los fondos NextGenerationEU, a ver si por casualidad suena la flauta y salvamos el capitalismo, aunque ya sabemos que son una falsa solución.
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La lavadora de medianoche (I).
Aún así, los datos aquí presentados deberían ser suficientes como para tener muy claramente asentados varios puntos:

* La eólica es muy variable y caprichosa.

* Las tres grandes contribuciones renovables son fuertemente estacionales.

* Hace falta potencia despachable para poder controlar y mantener la red dentro de los parámetros de funcionamiento.

* El aumento de producción no controlable (solar y eólica) produce un gran aumento de la variabilidad de la potencia controlable, y

* la variabilidad e intermitencia de las renovables eléctricas no controlables produce una gran variabilidad en el mix energético (que implica una gran volatilidad en los precios).

* En verano e invierno las exigencias de potencia despachable no son tan elevadas como en otoño, debido sobre todo a la falta de hidroeléctrica.

* La energía hidroeléctrica, en caso de poder usarla, ayuda a mantener el control al ser despachable.

* El carbón apenas varía.

* La nuclear va a ‘piñon fijo’,
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La lavadora de medianoche (II).

Para poder cubrir esos días no nos bastaría con la eólica instalada, habría que duplicar dicha instalación.

Recordemos que la simulación se hace con casi de 112GW sólo de eólica (casi tanto como potencia total instalada tenemos ahora), más 54,86GW (un 25% más que el pico de demanda) de solar, que hacen un total de 166,797 GW de potencia renovable instalada. Cuatro veces la demanda de pico. O sea, se utilizaría como mucho el 25% de la potencia instalada.

¿Alguien decía que la electricidad es eficiente?

A pesar de todo esto, queda obvio que o tenemos sistemas despachables además de la tremenda sobrecapacidad renovable, y/o tenemos sistemas de almacenamiento que puedan almacenar la energía necesaria para varios días, no horas.

Además, la variabilidad (esa ‘suciedad o ruido eléctrico’) también se multiplicaría por 4.

Y aún no nos hemos metido en los problemas de inestabilidad que hay ya, cosa que dejamos para el siguiente bloque.
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Energía en Latinoamérica: recesión del declive.

Como cada año, Demián Morassi ha analizado la situación de Lationamérica a partir de los datos del último anuario estadístico de BP.

Este año ha sido especialmente candente en la región, con una creciente conflictividad por el mal reparto de los beneficios de las actividades extractivas y un general aumento de la conflictividad social como respuesta a los altos precios de la energía y los bienes de consumo. El análisis de Demián (que lógicamente se refiere a los datos de 2021) muestra cómo la situación de declive energético se ha ido consolidando, y en parte explica lo que estamos viviendo ahora.
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La lavadora de medianoche (III).

Hace falta una cierta capacidad de respuesta rápida y controlable, y que ésta depende del tipo de centrales que haya en cada país, y en cómo se pretende mantener la red estabilizada.

El resultado en concreto en España (así como en muchos otros países) es el aumento absoluto de la dependencia de las centrales más rápidas que hay: hidroeléctrica y gas.

Como la hidroeléctrica está limitada tanto en cantidad de ubicaciones (casi todos los posibles están ocupados ya en casi toda Europa) como en capacidad (Hm3 disponibles, que dependen de la época del año, país y meteorología), el resultado neto es una dependencia cada vez mayor del gas, así como una variabilidad también cada vez mayor de los precios según las condiciones meteorológicas.

Atrás se están quedando las décadas en que la variación del precio de la luz se limitaba a la subida anual de enero. Eso se ha acabado, ahora todo depende de cómo sople el viento, de si sale el sol, o de si ha llovido.
Queridos amigos y amigas:

El próximo miércoles día 14 de septiembre, a las 15:30, 6 científicos 6, compañeros y compañeras míos y un servidor, compareceremos delante de la Comissió d'Acció Climàtica del Parlament de Catalunya, al objeto de que expliquemos qué pensamos de los parques eólicos que se plantean para la zona de la bahía de Roses y Cap de Creus. Será una comparecencia larga, pues se ha previsto 15 minutos por ponente, 30 minutos de preguntas y 30 minutos de respuestas.

En mi bloque voy a dar un repaso al absurdo e inviabilidad del modelo de transición energético. Se anticipan momentos meméticos.

La comparecencia será en catalán y podrá ser seguida a través del Canal Parlament. Aparta de seguirla en streaming, quizá algún alma caritativa quiera extraer clips para después ser usados a conveniencia.

Saludos cordiales.

Antonio Turiel
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Respuesta a los muy honorables diputados y diputadas.

El pasado miércoles, 14 de septiembre de 2022, un grupo de científicos del CSIC y de la Universidad de Girona (UdG) comparecimos delante de la Comisión de Acción Climática del Parlament de Catalunya.

Sin embargo, la premura del tiempo después de una sesión tan larga hizo que yo no pudiera contestar más que a una ínfima parte de las cuestiones que se me plantearon, así que he creído oportuno escribir este post y dar respuesta a algunas - no todas - de las cuestiones que quedaron pendientes. Vamos a ello.
Estimados, estimadas:

Me parece cada vez más evidente que este invierno va a ser un revulsivo en las conciencias adormecidas de los europeos y de los españoles. Muchas cosas se tambalean (estoy ahora en Francia: empiezan a faltar combustibles; España ayer y anteayer no produjo suficiente electricidad para cubrir su demanda en las horas punta del día y cortó en seco sus exportaciones; la OPEP oficializa lo que ya hacía de facto, que es reducir sus objetivos de producción, con los inventarios en mínimos; la Secretaria de Energía de los EE.UU. pregunta qué medidas legales puede tomar para prohibir o limitar las exportaciones de carburantes, porque ahora faltan en EE.UU., y todo eso por no hablar del NordStream y BASF).

Estoy convencido de que a partir de enero el tono de la conversación va cambiar radicalmente. The powers that be pretenderán hacer creer que con la primavera los problemas desaparecerán, pero van a seguir ahí igual o, previsiblemente, peor.

Ahora es el momento. Ahora es la ventana de oportunidad. Todo el espacio que no ocupemos ahora lo ocupará el fascismo que ya sube rampante.

Hermanos, hermanas: sé que no es la primera vez que hemos visto llegar un punto de transición, pero no recuerdo uno tan claro como éste. Sé que nos podemos equivocar con el timing, aunque no lo creo. Sé, también, que aunque lo acertemos, será difícil conseguir hacer mella. Pero es que posiblemente sea ahora o nunca. Y si es ahora o nunca y no reaccionamos, ¿de qué habrán servido tantos años de trabajo y de lucha?

Lo que estoy diciendo es que hay que salir ahí fuera CON TODO. Movilizándonos todos y todas, y movilizando a todas las personas de nuestro entorno. Hay que ocupar masivamente el espacio para intentar crear ese vuelco en el discurso general. Por supuesto, hay que calcular bien el momento, pero estamos hablando ya no de años ni meses, sino de semanas.

Un abrazo de todo corazón.

Antonio Turiel.
Toulouse, 6 de octubre de 2022
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El porqué de un llamamiento.

Tenemos, urgentísimamente, que ocupar el espacio del debate, antes que el ruido de todo al caer haga imposible escuchar ninguna voz, antes que la desesperación colectiva arrastre a la mayoría social en brazos de aquellos que les prometen soluciones sencillas a problemas complicados. El espacio que nosotros no ocupemos ahora, otros lo llenarán, con un discurso de odio y resentimiento, de represión y de autoritarismo.

Tenemos que tener unidad en medio de la diversidad. Ahora es el momento de actuar. Probablemente, es ahora o nunca. O hacemos escuchar la voz de la razón, o empezamos a imponer un poco de sentido de común en las discusiones sobre nuestro futuro como sociedad, o seremos aplastados por la apisonadora del populismo y del odio.

Es ahora o nunca. Escojamos ahora.
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Intermisión.

Llevaban dos maletones enormes. Les acompañaba su hijo, que no tendrían más de 12 años, más o menos de la edad del mío, con otra maleta voluminosa para el tamaño del chaval. Era obvio que venían pasar una temporada. La cara del padre, posiblemente de origen latinoamericano, era la de una persona curtida en el trabajo, y mostraba preocupación. La madre, posiblemente española, también parecía preocupada, pero lo disimulaba cada vez que hablaba con el hijo. El chaval, despreocupado, jugaba con una pelota de fútbol imaginaria, quizá soñando que algún día será un campeón y vivirá una vida rodeada de la admiración de los demás. Cuando mi taxi por fin llegó, ellos seguían allí, en esa plaza, esperando a alguien que debía venir a recogerles pero que por algún motivo no había podido venir aún. Vi la pesadumbre del padre, vi la mezcla de inquietud y dulzura de la madre, pero sobre todo vi la inocencia con fecha de caducidad temprana del hijo. Vi, en suma, por qué tengo que seguir haciendolo
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Caminando con gente diminuta.

Camino con gente diminuta.

Por supuesto, hago mal, me dicen. Que me aprovecho de mi condición de miembro del CSIC para difundir un mensaje de odio y confusión, pero a veces es el propio CSIC que me envía a los sitios. De las 8 personas científicas que estuvimos cuando la COP 25 en la Residencia de Investigadores, 6 dijimos que la solución es el decrecimiento. Nada nuevo, en realidad. Lo dice el IPCC. Lo dice la Agencia Europea del Medio Ambiente. Esta semana se ha dicho incluso en el Parlamento Europeo. Pero, lógicamente, recibo más ataques ahora, pues estoy más expuesto. Todo ese juego imbécil de llamarnos colapsistas (sin definir nunca el término, para dar a entender lo peor) a los académicos y académicas que defendemos el decrecimiento. Gente que busca motivaciones espurias para lo que hago. Quien simplemente insulta. Pero nadie mira a los datos, nadie refuta los datos. No pueden. Y yo pienso: qué más daré yo. Qué más dará ninguno de nosotros.
Tengo un problema gravísimo con el blog.

Blogger está empezando a ocultar entradas antiguas con la excusa de que violan normas de la comunidad. Lo hace sin siquiera avisarme, ni decirme cuáles normas considera que se violan.

Obviamente esto forma de la actual campaña de acoso y descrédito contra mi: habrá gente que denuncie tal o cual entrada por vete a saber qué razón, y así poco a poco van a destruirme el blog. No interesa ver opiniones críticas.

Llegados a este punto, es obvio que tengo que migrar el blog o abandonar el proyecto por completo.

Si intento migrarlo, no puedo hacerlo solo. No tengo conocimientos ni capacidad ni medios. Necesito alguien que me ayude. Alguien que se comprometa, con buen conocimiento técnico y - ay, lo más difícil - en quien pueda confiar ciegamente.

Lo veo difícil. Quizá, después de todo, sí que haya llegado el fin del blog.
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Si no es ahora, será después.

Durante los próximos meses y años, los oceanógrafos nos dedicaremos a hacer mediciones masivamente, mejorar modelos, procesar datos, analizarlos exhaustivamente, cruzarlos con datos de los meteorólogos, paleoclimatólogos, biólogos marinos, etc, con la intención de entender mejor qué está pasando. Y tras ese intenso trabajo, que llevará mucho tiempo, se emitirá un veredicto. Y habrá dos posibilidades. La primera, que AMOC se está ralentizando o colapsando ya. La segunda, que eso todavía no ha sucedido y que lo que observamos es una anomalía transitoria.

En el primer caso, dará igual lo que digamos, porque seguramente los efectos del colapso de la AMOC se habrán hecho más que evidentes para el común de la población. En el caso concreto de Europa, tendremos inviernos más fríos, más sequía y tormentas cada vez más destructivas, en un proceso que con el paso de los años irá a peor, hasta que lleguemos a un punto de estabilidad que será la nueva normalidad.
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De colapsistas y ecofascistas.

Esto tiene un nombre muy claro: ecofascismo. Los postulados ideológicos en los que se basa el pensamiento de Santiago Muiño son los mismos que los del ecofascismo. Él simplemente ha encontrado una coartada narrativa para justificarlo. El libro de Emilio Santiago, en el que él sintentiza y presenta de manera ordenada estas ideas, será probablemente el Mein Kampf del ecofascismo ibérico.

La procedencia de Santiago Muiño mantiene confundidas a algunas personas en el mundo ambiental, activista y político, que creen que Emilio Santiago sigue siendo uno de los suyos y una referencia legítima en las discusiones sobre la transición ecológica. Lo triste, por duro que sea de aceptar, es que ya no lo es. Él escogió un camino más fácil que cree que le dará más poder, aunque para ello tenga que sacrificar sus amigos y sus ideas.
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Energía en Latinoamérica: de exportadores a importadores endeudados.
El aumento sostenido de las renovables y un año más de crecimiento en la producción de petróleo y gas con una demanda en aumento constante no pueden tapar el carácter geológico del declive energético que no sólo arrastra a un decrecimiento económico en la región sino también a un sinnúmero de inconvenientes políticos para sus gobernantes si no logran distribuir las riquezas obtenidas por lo sectores que se siguen enriqueciendo. Desde 2015 casi ningún presidente ha logrado ser reelegido (sólo Maduro en Venezuela y Ortega en Nicaragua) a diferencia de lo que solía pasar en la década anterior donde era poco probable que ganen los opositores. La región sorteó el declive productivo tomando deuda. La deuda externa se duplicó con respecto a los valores de 2010 mientras el PBI per cápita nunca volvió a los niveles de 2014 y, por el contrario la pobreza extrema casi se duplicó de 7,8% en 2014 a 13,1% en 2022.
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World Energy Outlook 2022: Atropellados por la crisis energética.

La edición del año 2022 es especialmente importante, fundamentalmente por la grave crisis energética en la que está inmersa el mundo (a pesar de la relativa tregua de los primeros meses de 2023) y por la enorme volatilidad que se está generando, de manera que resulta especialmente difícil hacer ninguna predicción en este momento, aunque por ello mismo es absolutamente fundamental hacer un diagnóstico correcto de la situación.

Teniendo en cuenta la resistencia que siempre ha manifestado la AIE a reconocer que pueda haber un problema con el suministro de combustibles fósiles, y a aceptar el peak oil en particular, a pesar de que sus efectos resultan cada vez más evidentes, no es una sorpresa encontrarse una serie de excusas comunes para justificar lo que está pasando. Por una parte, se le atribuye toda la responsabilidad del caos energético a la guerra en Ucrania.
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Castillos en el aire.

Un fantasma recorre el mundo de las renovables desde hace semanas, uno llamado Siemens Gamesa. A principios de junio, Siemens anunciaba que había tenido que gastarse 1.000 millones de dólares adicionales para arreglar ciertos problemas técnicos en sus turbinas. Ese adicionales es importante, porque el año pasado la división de éolica, Gamesa, no solo perdió 2.000 millones de dólares, sino que tuvo que pasar por un concurso de acreedores. Se alegaba, a finales de 2022, que el elevado coste de las materias primas y algún pequeño problema con algunos aerogeneradores instalados (que había afectado a una minúscula fracción del total) habían originado esas pérdidas. Se suponía que tras el concurso de acreedores y con el nuevo plan de negocio, el camino estaba expedito para un nuevo período expansivo de Gamesa durante 2023. Sin embargo, a principios de agosto Siemens tuvo que avisar que lleva acumuladas durante los primeros meses de este año pérdidas de 4.500 millones de dólares
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La lavadora de medianoche (IV).

Los sistemas de potencia de acción rápida necesitan ayuda más allá de los sistemas clásicos (las ya conocidas centrales despachables) si hay que aumentar la transferencia de potencia entre regiones distantes.

Otra importante, es que hay que aumentar el control (y la complejidad asociada), así como la centralidad de la gestión, yendo más allá de los sistemas actuales de supervisión, control y gestión, y con modelos nuevos más sofisticados y complejos.

Y, para acabar, recalcan que con la transición energética este tipo de problemas van a ir a más, debido a mayores flujos de potencia necesarios, a una mayor inestabilidad de los sistemas instalados, y que en ese contexto hace falta aumentar los sistemas que aporten estabilidad a la red, implicando de forma indirecta que dicha transición va justo en sentido contrario.