En los años 1920, cuando nadie en España concebía el deporte como disciplina de estudio, y mucho menos las mujeres, Cándida Cadenas, una profesora de primaria, viajaba becada a Estados Unidos para formarse en la disciplina de la educación física y el deporte. A su regreso, abrió un gimnasio en Zamora en el que poder compartir su valioso conocimiento, insólito en la España de aquel momento, con otras mujeres de forma totalmente gratuita.