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LAS BUENAS NOTICIAS DE HOY: Generalmente, la única forma efectiva de profetizar es a través de nuestras insistentes acciones, conductas y actitudes llenas de amor.
Viernes de la 14ta. Semana del Tiempo Ordinario
Julio 12, 2024
Oseas 14, 2-10
Salmo 51 (50), 3-4.8-9.12-14.17
Mateo 10, 16-23
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/071224.cfm
¿Eres profeta de Dios?
Los profetas de Dios no son adivinos; son personas de oración que valientemente dicen la verdad de Dios. En la primera lectura de hoy, vemos esto en acción cuando Oseas profetiza sobre los peligros de apartarse de Dios y las recompensas de volver a Dios.
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús enseña a sus discípulos sobre cómo ser profetas: "Ustedes no serán los que hablen; el Espíritu del Padre hablará a través de ustedes."
Somos los discípulos de Cristo hoy en día y, por lo tanto, sus profetas modernos, pero sólo si dejamos que el Espíritu Santo hable a través de nosotros.
Primero, todos somos profetas en nuestros hogares. Este es, a menudo, el lugar más difícil para hablar en nombre de Dios (por eso es por lo que Jesús dijo: "Y el hermano entregará a su hermano a la muerte..."), porque sonamos hipócritas. Nuestras familias conocen nuestras imperfecciones y pecados demasiado bien. Para empeorar las cosas, a veces, hemos cometido el error de hablar con una actitud autosuficiente al estilo de "más-santo-que-tú". Por lo general, la única manera eficaz de profetizar aquí es a través de nuestras acciones, conductas y actitudes llenas de amor.
Jesús dijo que quien soporta los desafíos que enfrentan los verdaderos profetas, todo el camino hasta el final, será salvo, es decir, nos unimos a Jesús en todo el camino hasta el cielo.
Cuando dejamos de ser verdaderos profetas, estamos rechazando a Jesús y las verdades que él enseñó. Representamos al mal en vez de a la salvación. A veces hacemos esto involucrándonos en los malos caminos del mundo, o cuando mantenemos nuestra boca cerrada en tanto el Espíritu Santo está sacudiendo nuestro corazón para movernos a hablar.
Hay que aguantar hasta el final: aférrate a la verdad que Dios te ha revelado, atrévete a defenderla y muéstralo con tus ejemplos.
Hablamos mucho con nuestros ejemplos. La gente puede rechazar nuestras palabras, pero no puede detener la revelación de la verdad en nuestras acciones. Aquellos que se ponen a la defensiva cuando hablamos la verdad están observando para ver cómo la verdad afecta nuestras vidas. A pesar de que rechazan lo que les decimos, sin desearlo, aceptan la verdad cuando se las mostramos con nuestros hechos y comportamientos. Esto es lo que significa "ser astutos como serpientes y simples (inocentes) como palomas."
Un profeta farisaico dice a los demás: "Debes escucharme a mí." Un profeta efectivo se dice a sí mismo: "No sé si voy a tener éxito, pero, incluso si la verdad es rechazada, la palabra de Dios nunca vuelve a él vacía. Voy a respaldar mis palabras con la manera en que yo vivo mi vida; el resto depende de Dios".
Tenemos que examinar nuestros motivos y ponernos en contacto con nuestra propia pecaminosidad para recordar que no somos superiores a los pecadores que nos gustaría cambiar. Tenemos que ser conscientes de la preciosa bondad que está oculta dentro de ellos. Luego, tenemos que buscar la manera amorosa de entregar el mensaje. El Espíritu Santo nos guiará. Shhhh .... escucha la voz del Espíritu.
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© 2023 por Terry A. Modica (Por favor, compártelo intacto.)
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Viernes de la 14ta. Semana del Tiempo Ordinario
Julio 12, 2024
Oseas 14, 2-10
Salmo 51 (50), 3-4.8-9.12-14.17
Mateo 10, 16-23
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¿Eres profeta de Dios?
Los profetas de Dios no son adivinos; son personas de oración que valientemente dicen la verdad de Dios. En la primera lectura de hoy, vemos esto en acción cuando Oseas profetiza sobre los peligros de apartarse de Dios y las recompensas de volver a Dios.
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús enseña a sus discípulos sobre cómo ser profetas: "Ustedes no serán los que hablen; el Espíritu del Padre hablará a través de ustedes."
Somos los discípulos de Cristo hoy en día y, por lo tanto, sus profetas modernos, pero sólo si dejamos que el Espíritu Santo hable a través de nosotros.
Primero, todos somos profetas en nuestros hogares. Este es, a menudo, el lugar más difícil para hablar en nombre de Dios (por eso es por lo que Jesús dijo: "Y el hermano entregará a su hermano a la muerte..."), porque sonamos hipócritas. Nuestras familias conocen nuestras imperfecciones y pecados demasiado bien. Para empeorar las cosas, a veces, hemos cometido el error de hablar con una actitud autosuficiente al estilo de "más-santo-que-tú". Por lo general, la única manera eficaz de profetizar aquí es a través de nuestras acciones, conductas y actitudes llenas de amor.
Jesús dijo que quien soporta los desafíos que enfrentan los verdaderos profetas, todo el camino hasta el final, será salvo, es decir, nos unimos a Jesús en todo el camino hasta el cielo.
Cuando dejamos de ser verdaderos profetas, estamos rechazando a Jesús y las verdades que él enseñó. Representamos al mal en vez de a la salvación. A veces hacemos esto involucrándonos en los malos caminos del mundo, o cuando mantenemos nuestra boca cerrada en tanto el Espíritu Santo está sacudiendo nuestro corazón para movernos a hablar.
Hay que aguantar hasta el final: aférrate a la verdad que Dios te ha revelado, atrévete a defenderla y muéstralo con tus ejemplos.
Hablamos mucho con nuestros ejemplos. La gente puede rechazar nuestras palabras, pero no puede detener la revelación de la verdad en nuestras acciones. Aquellos que se ponen a la defensiva cuando hablamos la verdad están observando para ver cómo la verdad afecta nuestras vidas. A pesar de que rechazan lo que les decimos, sin desearlo, aceptan la verdad cuando se las mostramos con nuestros hechos y comportamientos. Esto es lo que significa "ser astutos como serpientes y simples (inocentes) como palomas."
Un profeta farisaico dice a los demás: "Debes escucharme a mí." Un profeta efectivo se dice a sí mismo: "No sé si voy a tener éxito, pero, incluso si la verdad es rechazada, la palabra de Dios nunca vuelve a él vacía. Voy a respaldar mis palabras con la manera en que yo vivo mi vida; el resto depende de Dios".
Tenemos que examinar nuestros motivos y ponernos en contacto con nuestra propia pecaminosidad para recordar que no somos superiores a los pecadores que nos gustaría cambiar. Tenemos que ser conscientes de la preciosa bondad que está oculta dentro de ellos. Luego, tenemos que buscar la manera amorosa de entregar el mensaje. El Espíritu Santo nos guiará. Shhhh .... escucha la voz del Espíritu.
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LAS BUENAS NOTICIAS DE HOY: Confía en que Dios siempre te dará exactamente lo que necesites, cuando lo necesites, aunque no siempre parezca suficiente.
15to. Domingo del Tiempo Ordinario
Julio 14, 2024
Amós 7, 12-15
Salmo 84, 9-14
Efesios 1, 3-14
Marcos 6, 7-13
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/071424.cfm
¡Ve hacia adelante con confianza audaz!
En el pasaje del Evangelio de este domingo, Jesús nos enseña sobre la confianza. Si vamos a cumplir con nuestro llamado como misioneros amorosos de Dios en este mundo, si vamos a cumplir con nuestro llamado a compartir las Buenas Nuevas, debemos confiar en Dios y en los recursos que él nos da.
Y debemos confiar en que él siempre nos dará exactamente lo que necesitemos cuando lo necesitemos, aunque no parezca suficiente. Es importante que no alimentemos la tendencia a desconfiar de él esperando algo diferente a lo que él nos da.
Cada Misa termina con un rito de re--envío al llamado que todos tenemos. La bendición final es un envío después de haber sido renovados en nuestra relación con Jesús. Su presencia en la Palabra, en la Eucaristía y en la comunidad Eclesial nos re vigoriza (cuando prestamos atención) para ir con audacia y hacer todo lo que él nos pide.
A través del sacerdote, Jesús nos envía al mundo para ser la prueba visible de que él es real y de que está vivo y que se preocupa. Con Jesús, y en él y a través de él, somos todos evangelizadores que pueden hacer una diferencia en el mundo.
Sí, todos nosotros, todos los que hemos participado en la celebración de la Eucaristía con conciencia de lo que estamos diciendo, orando y recibiendo durante la Misa. ¡Ve hacia adelante con audaz confianza! Jesús te está enviando a que salgas de la Iglesia con su Espíritu y su ayuda suficiente.
No obstante, cuando hacemos el equipaje y decidimos qué llevar con nosotros en la misión, nos gusta llevar una cantidad de cosas, por las dudas que las necesitemos. Así, fracasamos en mostrar a los demás que Dios es seguro y digno de confianza.
Para ser evangelizadores eficientes, debemos renunciar ante Dios a cualquier bagaje que interfiera en nuestra misión.
Recuerda esto: la renuncia no es una renuncia verdadera salvo que no desees más aquello a lo que has renunciado. Si aún lo deseamos, estamos apegados a él mediante un elástico que nos tironea hacia atrás, tironeándonos lejos de nuestro verdadero propósito en la vida.
Preguntas para la Reflexión Personal:
¿En qué áreas de tu vida confías en el Señor? ¿Qué áreas aún necesitas confiárselas a él? ¿Qué harás esta semana para renunciar a cualquier desconfianza?
Preguntas para Compartir la Fe en Comunidad:
¿Qué clase de "alimento" te sirven los demás cuando confías en Dios para que satisfaga tus necesidades a través de ellos? ¿Cómo les ayuda este servicio que te hacen a ti, a comprender a Dios? ¿Qué tipo de equipaje debería ser dejado en casa en lugar de llevarlo al ministerio? ¿Cómo revela a Jesús a los demás, este abandonar este bagaje?
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LAS BUENAS NOTICIAS DE HOY: Confía en que Dios siempre te dará exactamente lo que necesites, cuando lo necesites, aunque no siempre parezca suficiente.
15to. Domingo del Tiempo Ordinario
Julio 14, 2024
Amós 7, 12-15
Salmo 84, 9-14
Efesios 1, 3-14
Marcos 6, 7-13
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¡Ve hacia adelante con confianza audaz!
En el pasaje del Evangelio de este domingo, Jesús nos enseña sobre la confianza. Si vamos a cumplir con nuestro llamado como misioneros amorosos de Dios en este mundo, si vamos a cumplir con nuestro llamado a compartir las Buenas Nuevas, debemos confiar en Dios y en los recursos que él nos da.
Y debemos confiar en que él siempre nos dará exactamente lo que necesitemos cuando lo necesitemos, aunque no parezca suficiente. Es importante que no alimentemos la tendencia a desconfiar de él esperando algo diferente a lo que él nos da.
Cada Misa termina con un rito de re--envío al llamado que todos tenemos. La bendición final es un envío después de haber sido renovados en nuestra relación con Jesús. Su presencia en la Palabra, en la Eucaristía y en la comunidad Eclesial nos re vigoriza (cuando prestamos atención) para ir con audacia y hacer todo lo que él nos pide.
A través del sacerdote, Jesús nos envía al mundo para ser la prueba visible de que él es real y de que está vivo y que se preocupa. Con Jesús, y en él y a través de él, somos todos evangelizadores que pueden hacer una diferencia en el mundo.
Sí, todos nosotros, todos los que hemos participado en la celebración de la Eucaristía con conciencia de lo que estamos diciendo, orando y recibiendo durante la Misa. ¡Ve hacia adelante con audaz confianza! Jesús te está enviando a que salgas de la Iglesia con su Espíritu y su ayuda suficiente.
No obstante, cuando hacemos el equipaje y decidimos qué llevar con nosotros en la misión, nos gusta llevar una cantidad de cosas, por las dudas que las necesitemos. Así, fracasamos en mostrar a los demás que Dios es seguro y digno de confianza.
Para ser evangelizadores eficientes, debemos renunciar ante Dios a cualquier bagaje que interfiera en nuestra misión.
Recuerda esto: la renuncia no es una renuncia verdadera salvo que no desees más aquello a lo que has renunciado. Si aún lo deseamos, estamos apegados a él mediante un elástico que nos tironea hacia atrás, tironeándonos lejos de nuestro verdadero propósito en la vida.
Preguntas para la Reflexión Personal:
¿En qué áreas de tu vida confías en el Señor? ¿Qué áreas aún necesitas confiárselas a él? ¿Qué harás esta semana para renunciar a cualquier desconfianza?
Preguntas para Compartir la Fe en Comunidad:
¿Qué clase de "alimento" te sirven los demás cuando confías en Dios para que satisfaga tus necesidades a través de ellos? ¿Cómo les ayuda este servicio que te hacen a ti, a comprender a Dios? ¿Qué tipo de equipaje debería ser dejado en casa en lugar de llevarlo al ministerio? ¿Cómo revela a Jesús a los demás, este abandonar este bagaje?
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LAS BUENAS NOTICIAS DE HOY: Nadie, excepto Jesús, puede darnos todo lo que necesitamos.
Lunes de la 15ta. Semana del Tiempo Ordinario
Memorial de San Buenaventura, Obispo y Doctor de la Iglesia
Julio 15, 2024
Isaías 1, 10-17
Salmo 50 (49), 8-9.16bc-17.21.23
Mateo 10, 34-11; 1
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/071524.cfm
Descubriendo una vida llena de amor
En la lectura del Evangelio de hoy podemos resumir las palabras de Jesús de esta forma: "Cuando dejas todo, incluyendo tu deseo por satisfacer tus necesidades a través de otras personas en lugar de confiar en mí, es cuando descubres la buena vida, la verdadera buena vida. Es ahí cuando encuentras el verdadero amor."
Él te está diciendo: "¿Qué está matando a tu corazón? ¿Quién te está lastimando? En lugar de apegarte a tus propios esfuerzos para encontrar renovación y restauración, vuélvete a mí. En lugar de tratar de buscar tu propia sanación o tus soluciones para esa situación, vuélvete a mí."
Él te dice, "¿Qué buscas en otra persona? Encuéntralo primero en mí y entonces podrás disfrutar lo que los demás te pueden dar, aun si no es suficiente. Busca primero en mí todo lo que necesitas, no con los demás, entonces te sentirás satisfecho sin importar si ellos te dan o no, lo que te hace falta."
Y, "¿por qué tratas de evitar el sufrimiento? Aún yo sufrí. Sígueme. Abraza tu cruz, camina conmigo, yo te ayudaré a llevarla y te redimiré. Juntos alcanzaremos una nueva vida llena del amor que necesitas."
Nadie más que Jesús nos puede dar todo lo que necesitamos. En tiempos de desconsuelo, si no podemos ver a Jesús, es porque estamos viendo a la persona equivocada. Estamos más interesados en conseguir el amor de alguien más, que en recibir el amor de Jesús. Estamos más interesados en quejarnos de aquellos que no nos satisfacen, en lugar de regocijarnos por lo que Jesús está haciendo por nosotros. Estamos más interesados en ser aceptados por los demás que en ser aceptados por Dios.
¿Tienes baja tu autoestima? Entonces, no has descubierto lo bueno que verdaderamente eres, porque estás buscando la aprobación de los demás. Su desaprobación (del pasado y/o del presente) es tan ensordecedora que no puedes escuchar a Jesús diciéndote que está satisfecho contigo.
Ve primero con él para todo. Él está frente a ti con sus brazos abiertos para recibirte. Está con ganas de abrazarte. ¡Él anhela decirte que eres una obra maestra, preciosa, creada con amor por el Padre Bueno! Cualquiera que te haya convencido de que eres un pedazo contaminado de chatarra, no está diciendo la verdad. Solo Jesús sabe lo bueno que en realidad eres. Solo Jesús es el único que te puede mostrar la joya que eres – ¡y verdaderamente eres una joya preciosa!
Cuanto más queremos algo de los demás y fallamos en no conseguir lo suficiente, más nos lastimamos. Si le pedimos a Jesús que restaure la paz en nuestras vidas haciendo que los demás nos amen mejor, Él nos dice: "No supongas que mi misión es difundir ese tipo de paz. Yo quiero separarte de quien sea que no te permite ver mi amor o escuchar mis palabras. Es ahí cuando descubrirás la verdadera paz."
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Lunes de la 15ta. Semana del Tiempo Ordinario
Memorial de San Buenaventura, Obispo y Doctor de la Iglesia
Julio 15, 2024
Isaías 1, 10-17
Salmo 50 (49), 8-9.16bc-17.21.23
Mateo 10, 34-11; 1
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Descubriendo una vida llena de amor
En la lectura del Evangelio de hoy podemos resumir las palabras de Jesús de esta forma: "Cuando dejas todo, incluyendo tu deseo por satisfacer tus necesidades a través de otras personas en lugar de confiar en mí, es cuando descubres la buena vida, la verdadera buena vida. Es ahí cuando encuentras el verdadero amor."
Él te está diciendo: "¿Qué está matando a tu corazón? ¿Quién te está lastimando? En lugar de apegarte a tus propios esfuerzos para encontrar renovación y restauración, vuélvete a mí. En lugar de tratar de buscar tu propia sanación o tus soluciones para esa situación, vuélvete a mí."
Él te dice, "¿Qué buscas en otra persona? Encuéntralo primero en mí y entonces podrás disfrutar lo que los demás te pueden dar, aun si no es suficiente. Busca primero en mí todo lo que necesitas, no con los demás, entonces te sentirás satisfecho sin importar si ellos te dan o no, lo que te hace falta."
Y, "¿por qué tratas de evitar el sufrimiento? Aún yo sufrí. Sígueme. Abraza tu cruz, camina conmigo, yo te ayudaré a llevarla y te redimiré. Juntos alcanzaremos una nueva vida llena del amor que necesitas."
Nadie más que Jesús nos puede dar todo lo que necesitamos. En tiempos de desconsuelo, si no podemos ver a Jesús, es porque estamos viendo a la persona equivocada. Estamos más interesados en conseguir el amor de alguien más, que en recibir el amor de Jesús. Estamos más interesados en quejarnos de aquellos que no nos satisfacen, en lugar de regocijarnos por lo que Jesús está haciendo por nosotros. Estamos más interesados en ser aceptados por los demás que en ser aceptados por Dios.
¿Tienes baja tu autoestima? Entonces, no has descubierto lo bueno que verdaderamente eres, porque estás buscando la aprobación de los demás. Su desaprobación (del pasado y/o del presente) es tan ensordecedora que no puedes escuchar a Jesús diciéndote que está satisfecho contigo.
Ve primero con él para todo. Él está frente a ti con sus brazos abiertos para recibirte. Está con ganas de abrazarte. ¡Él anhela decirte que eres una obra maestra, preciosa, creada con amor por el Padre Bueno! Cualquiera que te haya convencido de que eres un pedazo contaminado de chatarra, no está diciendo la verdad. Solo Jesús sabe lo bueno que en realidad eres. Solo Jesús es el único que te puede mostrar la joya que eres – ¡y verdaderamente eres una joya preciosa!
Cuanto más queremos algo de los demás y fallamos en no conseguir lo suficiente, más nos lastimamos. Si le pedimos a Jesús que restaure la paz en nuestras vidas haciendo que los demás nos amen mejor, Él nos dice: "No supongas que mi misión es difundir ese tipo de paz. Yo quiero separarte de quien sea que no te permite ver mi amor o escuchar mis palabras. Es ahí cuando descubrirás la verdadera paz."
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LAS BUENAS NOTICIAS DE HOY: Las obras poderosas de Dios suceden todos los días, especialmente durante las dificultades.
Martes de la 15ta. Semana del Tiempo Ordinario
Memorial de Nuestra Señora del Carmen
Julio 16, 2024
Isaías 7, 1-9
Salmo 48 (47), 2-8
Mateo 11, 20-24
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/071624.cfm
¿Cuán firme es tu fe?
"¡A menos que tu fe sea firme, tú no serás firme!" Ese es el mensaje de la primera lectura de hoy. ¿Cómo puede nuestra fe mantenerse firme cuando permitimos que las circunstancias en nuestras vidas aparten nuestros ojos de Jesús? A menos que nos enfoquemos en él, seremos débiles, vulnerables y seremos sacudidos con facilidad por los problemas que enfrentamos.
La confianza es una elección. El miedo nos dice que desconfiemos de Dios y que creamos en nuestras suposiciones, las cuales están basadas en evidencia limitada. El miedo es un sentimiento, pero la confianza es una decisión. Dios nos ayuda con gusto a tomar esa decisión. Si mantenemos nuestra mirada en Jesús, él nos proporciona evidencia divina que contradice cualquier evidencia desalentadora, aunque, a menudo, vienen de tal forma que, al principio, con facilidad las pasamos por alto.
En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús utiliza como evidencia los milagros y las poderosas obras de Dios. ¿Qué pruebas soportas en este momento? En medio de los acontecimientos aterradores, agobiantes y frustrantes que gritan malas noticias, busca evidencias de que Dios ha estado trabajando porque es ahí donde encontrarás buenas noticias.
Hace muchos años, las malas noticias casi destruyen mi fe, después de ocho meses de querer vender nuestra casa sin éxito, en momentos en que las demás casas se vendían en menos de dos semanas. Como le habíamos confiado la venta a Dios, yo interpreté el problema como la evidencia de que Dios no se preocupaba por mí. Se preocupaba por los demás, hasta del ateo que vivía calle abajo que vendió su casa en dos días, pero no de mí.
Sin embargo, Dios sí nos dio evidencias de que estaba trabajando en un buen plan en beneficio de mi familia. La casa a la que queríamos mudarnos se vendió a alguien más, pero el trato se cayó. Nuestro hijo pudo terminar su jardín de infantes sin tener que cambiar de escuela. Dios nos dio amigos que oraban por nosotros. Y todo así.
Cuando finalmente opté por abrir mis ojos al bien que Dios estaba haciendo, pude confiar libremente. Un mes después – que fue el tiempo necesario para darme cuenta que realmente podía permanecer firme en la fe – se vendió la casa.
Las obras poderosas de Dios suceden a diario, especialmente durante las dificultades. Sin embargo, a menos que dejemos que estos milagros nos transformen, profundizando nuestra dependencia de Dios, nuestra fe es sacudida con facilidad. Como dijo Jesús, llegamos a ser peores que las pecadoras ciudades de Sidón, Tiro y Sodoma, porque nosotros tenemos más evidencias de la bondad de Dios de lo que estas ciudades tuvieron.
Desconfiar es rechazar la bondad de Dios. El Sacramento de la Reconciliación y el rito penitencial al inicio de la Misa se convierten en más milagros de Dios: el Señor provee la gracia que necesitamos para poner más atención a sus intervenciones de amor.
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Martes de la 15ta. Semana del Tiempo Ordinario
Memorial de Nuestra Señora del Carmen
Julio 16, 2024
Isaías 7, 1-9
Salmo 48 (47), 2-8
Mateo 11, 20-24
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¿Cuán firme es tu fe?
"¡A menos que tu fe sea firme, tú no serás firme!" Ese es el mensaje de la primera lectura de hoy. ¿Cómo puede nuestra fe mantenerse firme cuando permitimos que las circunstancias en nuestras vidas aparten nuestros ojos de Jesús? A menos que nos enfoquemos en él, seremos débiles, vulnerables y seremos sacudidos con facilidad por los problemas que enfrentamos.
La confianza es una elección. El miedo nos dice que desconfiemos de Dios y que creamos en nuestras suposiciones, las cuales están basadas en evidencia limitada. El miedo es un sentimiento, pero la confianza es una decisión. Dios nos ayuda con gusto a tomar esa decisión. Si mantenemos nuestra mirada en Jesús, él nos proporciona evidencia divina que contradice cualquier evidencia desalentadora, aunque, a menudo, vienen de tal forma que, al principio, con facilidad las pasamos por alto.
En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús utiliza como evidencia los milagros y las poderosas obras de Dios. ¿Qué pruebas soportas en este momento? En medio de los acontecimientos aterradores, agobiantes y frustrantes que gritan malas noticias, busca evidencias de que Dios ha estado trabajando porque es ahí donde encontrarás buenas noticias.
Hace muchos años, las malas noticias casi destruyen mi fe, después de ocho meses de querer vender nuestra casa sin éxito, en momentos en que las demás casas se vendían en menos de dos semanas. Como le habíamos confiado la venta a Dios, yo interpreté el problema como la evidencia de que Dios no se preocupaba por mí. Se preocupaba por los demás, hasta del ateo que vivía calle abajo que vendió su casa en dos días, pero no de mí.
Sin embargo, Dios sí nos dio evidencias de que estaba trabajando en un buen plan en beneficio de mi familia. La casa a la que queríamos mudarnos se vendió a alguien más, pero el trato se cayó. Nuestro hijo pudo terminar su jardín de infantes sin tener que cambiar de escuela. Dios nos dio amigos que oraban por nosotros. Y todo así.
Cuando finalmente opté por abrir mis ojos al bien que Dios estaba haciendo, pude confiar libremente. Un mes después – que fue el tiempo necesario para darme cuenta que realmente podía permanecer firme en la fe – se vendió la casa.
Las obras poderosas de Dios suceden a diario, especialmente durante las dificultades. Sin embargo, a menos que dejemos que estos milagros nos transformen, profundizando nuestra dependencia de Dios, nuestra fe es sacudida con facilidad. Como dijo Jesús, llegamos a ser peores que las pecadoras ciudades de Sidón, Tiro y Sodoma, porque nosotros tenemos más evidencias de la bondad de Dios de lo que estas ciudades tuvieron.
Desconfiar es rechazar la bondad de Dios. El Sacramento de la Reconciliación y el rito penitencial al inicio de la Misa se convierten en más milagros de Dios: el Señor provee la gracia que necesitamos para poner más atención a sus intervenciones de amor.
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LAS BUENAS NOTICIAS DE HOY: Mientras estés cerca de Jesús, Dios no permitirá que ninguna persona o situación te lastime tanto que pueda destruirte.
Miércoles de la 15ta. Semana del Tiempo Ordinario
Julio 17, 2024
Isaías 10, 5-7.13b-16
Salmo 94 (93), 5-10.14-15
Mateo 11, 25-27
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¿Conoces alguna fábrica de santos?
Yo llamo "fábricas de santos" a las personas con las que es difícil llevarse bien. Cada vez que estamos cerca de ellas o solo pensando en ellas, no podemos permanecer espiritualmente paralizados – o avanzamos en santidad o pecamos. Ellos nos proporcionan múltiples oportunidades para crecer en paciencia, perdón, amor incondicional, confianza en Dios, etc.
Dios permite que estemos en relaciones hirientes (*nota: yo dije "permite" no "quiere"), porque no interfiere con el libre albedrío de aquellos que nos lastiman pero quiere sacar algo bueno del dolor. Él lo utiliza para mostrarnos los límites de nuestro amor para que así podamos crecer más fuertes en nuestra habilidad de amar incondicionalmente (el abuso peligroso es un asunto aparte y debería evitarse o detenerse inmediatamente porque solo así se puede reanudar el crecimiento y empezar a sanar).
C.S. Lewis dijo: "Amar incondicionalmente nos vuelve vulnerables. Ama algo y con seguridad tu corazón se partirá y probablemente se romperá. Si quieres estar seguro de mantener tu corazón intacto, no debes entregarlo a nadie, ni siquiera a un animal. Envuélvelo cuidadosamente con pasatiempos y pequeños lujos; evita todos los enredos; enciérralo en la seguridad del ataúd o féretro de tu egoísmo."
Las heridas del amor no deberían destruirnos nunca, Dios nos sana a medida que perdonamos a los demás.
Déjenme enfatizar que Dios no permite a los alborotadores ir tan lejos como para destruirnos -- es decir, destruir nuestra fe, nuestras vidas, nuestros sueños, nuestros corazones -- si nos volvemos permanentemente a Jesús. Eso es lo que sucedió en la primera lectura de hoy. Dios le permitió a Asiria marchar contra Israel, porque los hebreos se habían alejado de su protección. Pero él no permitiría que Asiria destruyera por completo a Israel, fueron detenidos justo antes de llegar a Jerusalén, el corazón de la fe de la nación.
Si alguien es cruel, arrogante e impío hacia ti, como lo fue el rey asirio con Israel, o si no has sido capaz de detener a las personas que avanzan en tu contra, o si parece que una mala situación no tiene fin, recuerda que Dios no dejará que esto termine en un desastre total. Si mantienes tus ojos en Jesús y lidias con tus problemas como él desea que lo hagas, estarás protegido y te fortalecerás.
Esta verdad está oculta a "los sabios y entendidos," como dice Jesús en la lectura del Evangelio de hoy, se revela a aquellos que confían en Dios en la misma forma en que los niños confían en sus padres.
Jesús dice, "Nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquél a quien el Hijo decida revelárselo." ¿Te ha revelado Jesús al Padre? Si estás dispuesto a aprender, ¡sí! ¿Te ha dado a conocer Jesús el amor incondicional del Padre por ti? ¡Todos los días! Mientras permanezcas cerca de Jesús, caminando sobre sus pasos en el camino de la santidad, tu Papá-Dios no permitirá que ninguna persona o situación te lastime tan seriamente que pueda destruirte.
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© 2024 por Terry A. Modica (Por favor, compártelo intacto.)
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LAS BUENAS NOTICIAS DE HOY: Mientras estés cerca de Jesús, Dios no permitirá que ninguna persona o situación te lastime tanto que pueda destruirte.
Miércoles de la 15ta. Semana del Tiempo Ordinario
Julio 17, 2024
Isaías 10, 5-7.13b-16
Salmo 94 (93), 5-10.14-15
Mateo 11, 25-27
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/071724.cfm
¿Conoces alguna fábrica de santos?
Yo llamo "fábricas de santos" a las personas con las que es difícil llevarse bien. Cada vez que estamos cerca de ellas o solo pensando en ellas, no podemos permanecer espiritualmente paralizados – o avanzamos en santidad o pecamos. Ellos nos proporcionan múltiples oportunidades para crecer en paciencia, perdón, amor incondicional, confianza en Dios, etc.
Dios permite que estemos en relaciones hirientes (*nota: yo dije "permite" no "quiere"), porque no interfiere con el libre albedrío de aquellos que nos lastiman pero quiere sacar algo bueno del dolor. Él lo utiliza para mostrarnos los límites de nuestro amor para que así podamos crecer más fuertes en nuestra habilidad de amar incondicionalmente (el abuso peligroso es un asunto aparte y debería evitarse o detenerse inmediatamente porque solo así se puede reanudar el crecimiento y empezar a sanar).
C.S. Lewis dijo: "Amar incondicionalmente nos vuelve vulnerables. Ama algo y con seguridad tu corazón se partirá y probablemente se romperá. Si quieres estar seguro de mantener tu corazón intacto, no debes entregarlo a nadie, ni siquiera a un animal. Envuélvelo cuidadosamente con pasatiempos y pequeños lujos; evita todos los enredos; enciérralo en la seguridad del ataúd o féretro de tu egoísmo."
Las heridas del amor no deberían destruirnos nunca, Dios nos sana a medida que perdonamos a los demás.
Déjenme enfatizar que Dios no permite a los alborotadores ir tan lejos como para destruirnos -- es decir, destruir nuestra fe, nuestras vidas, nuestros sueños, nuestros corazones -- si nos volvemos permanentemente a Jesús. Eso es lo que sucedió en la primera lectura de hoy. Dios le permitió a Asiria marchar contra Israel, porque los hebreos se habían alejado de su protección. Pero él no permitiría que Asiria destruyera por completo a Israel, fueron detenidos justo antes de llegar a Jerusalén, el corazón de la fe de la nación.
Si alguien es cruel, arrogante e impío hacia ti, como lo fue el rey asirio con Israel, o si no has sido capaz de detener a las personas que avanzan en tu contra, o si parece que una mala situación no tiene fin, recuerda que Dios no dejará que esto termine en un desastre total. Si mantienes tus ojos en Jesús y lidias con tus problemas como él desea que lo hagas, estarás protegido y te fortalecerás.
Esta verdad está oculta a "los sabios y entendidos," como dice Jesús en la lectura del Evangelio de hoy, se revela a aquellos que confían en Dios en la misma forma en que los niños confían en sus padres.
Jesús dice, "Nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquél a quien el Hijo decida revelárselo." ¿Te ha revelado Jesús al Padre? Si estás dispuesto a aprender, ¡sí! ¿Te ha dado a conocer Jesús el amor incondicional del Padre por ti? ¡Todos los días! Mientras permanezcas cerca de Jesús, caminando sobre sus pasos en el camino de la santidad, tu Papá-Dios no permitirá que ninguna persona o situación te lastime tan seriamente que pueda destruirte.
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