La buena semilla
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Una reflexión diaria para tu vida con Cristo
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Sábado

28

Septiembre



El Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra. No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.

Isaías 40:28

Hace salir su sol sobre malos y buenos, y... hace llover sobre justos e injustos.

Mateo 5:45

El Creador de todo lo que existe

Dios no es la naturaleza. Dios no es el destino. Dios no es la providencia. Él es el Creador de todas las cosas, y todas le obedecen, le sirven (Salmo 119:91). Él decide todo. Nosotros debemos aceptar que no comprendemos todo, porque somos criaturas limitadas, mientras Dios es infinito y eterno. Él reina sobre todo el universo y dirige todo según su voluntad perfecta. Debido a esto, ¿será Dios responsable de toda injusticia en el mundo, de todas las catástrofes? No, las injusticias son el resultado de nuestra desobediencia a los sabios mandamientos que Dios nos ha dado en la Biblia. Por ejemplo, él dice: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18). “Amad a vuestros enemigos... y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44). El mundo no sería injusto si el hombre obedeciera las instrucciones divinas, ¡pero no lo hace!

En cuanto a las catástrofes naturales, sentimos tristeza por el dolor que causan, y podemos percibirlas como advertencias. Jesús dijo: “O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13:4-5).

Dios es todopoderoso, soberano, pero también es amor. No acusemos a Dios, más bien inclinémonos ante él. Acerquémonos a Jesús, quien se compadeció y alivió tantos sufrimientos. Él dijo: “Venid a mí” (Mateo 11:28).

Lectura: Oseas 13-14 - Filipenses 3 - Salmo 107:33-43 - Proverbios 24:8-9
Versículo del día
Forwarded from Jesús 🇪🇸 via @bing
Domingo

29

Septiembre



Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

Juan 6:68-69

Conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos...

Filipenses 3:10

Conocer a Jesús

Cuando era adolescente encontré a un líder religioso que conocía bien la Biblia. Pero ella solo era para él un documento cultural. Cuando se le interrogaba sobre Jesús, podía explicar que Jesús había nacido en Belén, que había crecido en Nazaret, que había muerto en Jerusalén, pero no conocía verdaderamente a Jesús, y mucho menos discernía lo que implica una vida consagrada a Cristo. Su caso está lejos de ser el único. Hay muchos hombres y mujeres religiosos que no cesan de profundizar sus conocimientos sobre la Biblia, pero cada vez se alejan más de la fe.

Conocer a Jesús supera ampliamente el hecho de conocer la Biblia. Conocer a Jesús es primeramente creer en él, reconocer que él es Dios, el Hijo de Dios hecho hombre. También es creer que él murió en nuestro lugar, pero que ahora está vivo junto al Padre. Esta fe inicial nos permite estar en relación con él.

Como toda relación, la que tenemos con Jesús debe ser cultivada, lo cual exige pasar tiempo con él, orando y leyendo la Biblia, no como un objeto de estudio intelectual, sino como una palabra viva dada por Dios. La Biblia nos ayuda a conocer mejor a nuestro Salvador, a amarlo más.

Dios nos ha llamado a vivir en comunión con su Hijo, nuestro Señor Jesucristo (1 Corintios 1:9). Vivir en su comunión es creer en su amor y desear agradarle “en todo” (Colosenses 1:10). Es tratar de conocerlo cada vez mejor como un Salvador vivo.

Lectura: Habacuc 1 - Filipenses 4 - Salmo 108:1-6 - Proverbios 24:10
Lunes

30

Septiembre



El Señor es mi pastor; nada me faltará.

Salmo 23:1-3

¡Señor mío, y Dios mío!

Juan 20:28

Mi Dios, mi Salvador, mi Pastor

Palabras de Jean de Damas (siglo 7)

«Eres tú, Señor, quien me formó en el vientre de mi madre. Eres tú quien me trajo a la luz como un niño, porque las leyes de nuestra naturaleza obedecen perpetuamente a tus órdenes. Tú nos has amado, Señor, y diste a tu Hijo en nuestro lugar para rescatarnos. Él emprendió voluntariamente ese rescate. Siendo Dios, se hizo hombre... se sometió, haciéndose obediente a ti, Dios su Padre, hasta morir, y morir en una cruz.

Así, oh Cristo, mi Dios, tú te humillaste para llevarme sobre tus hombros, a mí, oveja perdida, y me pusiste en pastos verdes; me refrescaste en las fuentes de la verdadera enseñanza por medio de tus siervos, de los cuales tú mismo eras el Pastor. Concédeme hablar valientemente de tu Palabra, que tu Espíritu me dé una lengua perfectamente libre, y me haga siempre atento a tu presencia.

Sé mi pastor, Señor, y sea conmigo el pastor de tus ovejas, para que mi corazón no me haga desviar ni a derecha ni a izquierda; que tu Espíritu me dirija por el camino recto para que mis acciones se cumplan según tu voluntad, y esto hasta el fin.

Tratemos de agradar a Dios. Hermanos amados de Dios, ustedes son sus elegidos: en ustedes el Evangelio se ha acompañado de obras de poder. Ustedes esperan a Su Hijo Jesús, quien vendrá de los cielos, quien nos libra de la ira venidera (1 Tesalonicenses 1:10)».

Lectura: Habacuc 2 - Tito 1 - Salmo 108:7-13 - Proverbios 24:11-12
Martes

1

Octubre



Dijo luego el Señor a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.

Génesis 7:1

Se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.

Hechos 16:34

La familia del creyente

Es la voluntad de Dios que toda la familia del creyente sea igualmente salva. Así toda la familia de Noé tenía su lugar en el arca, porque su padre era "justo" y obedecía a Dios. Sin embargo, cada uno de los hijos debía aceptar entrar en el arca. A la orden de Dios, estas personas buscaron refugio en el arca, y "fueron salvadas por agua" (1 Pedro 3:20), mientras los habitantes de todo el mundo de la época sufrieron el juicio debido a su mala conducta.

¿Qué hubiera sucedido a los hijos de Noé si, por desobediencia o indiferencia, hubieran permanecido fuera del arca que debía salvarlos del castigo de Dios? Habrían perecido como los demás.

Aún hoy, Dios quiere que en la familia cristiana todos compartan la bendición de los padres.

Siglos después de Noé, el apóstol Pablo dijo al carcelero de la prisión de Filipos: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa" (Hechos 16:31). La Palabra del Señor fue predicada a todos. Todos estaban felices de haber creído en Dios. En aquella familia cada uno comprendió y aceptó la gracia de Dios que perdona y salva.

Queridos jóvenes que viven en un ambiente cristiano, dudar en recibir el mensaje de la gracia que cada día les llama lleva a una situación peligrosa que puede conducir a rechazar la fe. Tener padres cristianos es una gracia inmensa, pero esto no salva. No olviden que un día la puerta del cielo, como la del arca de Noé, se cerrará. Den el paso hoy. Es su propia responsabilidad creer. El Señor los llama.

Lectura: Habacuc 3 - Tito 2 - Salmo 109:1-5 - Proverbios 24:13-14
Miércoles

2

Octubre



Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas. Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que anuncie... tu potencia a todos los que han de venir.

Salmo 71:17-18

Ochenta años

2 Samuel 19:31-40

Un golpe de Estado estalló en Jerusalén. El rey David se vio obligado a huir y exiliarse con los que permanecían fieles a él. Barzilai, un hombre anciano, rico y generoso, ayudó al fugitivo dándole provisiones en abundancia (2 Samuel 17:27-29). Algún tiempo después del fracaso del golpe de Estado, el rey volvió para retomar su trono. Y para mostrar su agradecimiento a su amigo Barzilai, lo invitó a vivir en la corte.

Pero este rechazó tal honor: "¿Cuántos años más habré de vivir, para que yo suba con el rey a Jerusalén? De edad de ochenta años soy este día. ¿Podré distinguir entre lo que es agradable y lo que no lo es? ¿Tomará gusto ahora tu siervo en lo que coma o beba?" (2 Samuel 19:34-35). Sabía que el final de su vida se acercaba, y que la compañía de David sería mucho más útil e instructiva para alguien más joven. Desinteresado, obraba con amor y generosidad. Le era suficiente haber servido al rey en tiempo oportuno, no necesitaba nada más. Cedió su lugar a alguien más joven, para que acompañara a David. Barzilai regresó solo a su casa, prefiriendo permanecer fiel a su rey en la sombra, lejos de los honores de la corte.

Muchos cristianos ancianos, que han consagrado su vida al servicio del Maestro, conservan esta prioridad: trasmitir la llama de la fe a los que les siguen, sus hijos, sus nietos, y más ampliamente a todos los jóvenes cristianos. Son felices de pedir al Señor que los guarde junto a él.

Lectura: Sofonías 1 - Tito 3 - Salmo 109:6-19 - Proverbios 24:15-16
Jueves

3

Octubre



(Abraham) tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.

Romanos 4:20-22

El alfabeto de las promesas de Dios (1)

Una anciana creyente decía: «Las preocupaciones no me impiden dormir. Yo le digo al Señor: «Ocúpate de mis asuntos y concédeme el descanso para que mañana pueda retomar mi trabajo». Y si las preocupaciones vuelven a mi mente, me pongo a recitar el alfabeto de las promesas de Dios».

En efecto, las promesas contenidas en la Biblia son numerosas y se dirigen a todos los que han puesto su confianza en Dios, los que han aceptado el don de la salvación por la fe en Jesucristo. Así se han convertido en hijos de un Padre celestial que los ama, los conoce, quien sabe que la duda, el desánimo y el peso de sus preocupaciones podrán surgir en cualquier momento. Por eso Dios consignó en su Palabra promesas que llenan todos los campos de interrogación: los caracteres de Dios, la salvación del alma, el más allá, las diversas necesidades de la naturaleza humana, la respuesta de Dios a la fe, la prueba, la bendición en respuesta a la fidelidad...

El cristiano debe apropiarse de estas promesas divinas, es decir, aceptar que son para él. Creer lo que Dios prometió lo honra, y Dios honra la fe. Cristianos, aferrémonos con determinación a las promesas divinas, y extraigamos de ellas las fuerzas necesarias en la adversidad.

No nos privemos de nuestro más grande consuelo, olvidando o poniendo en duda las promesas de Dios. Porque hay una promesa para cada situación, por trágica que sea.

(mañana continuará)

Lectura: Sofonías 2 - Filemón - Salmo 109:20-31 - Proverbios 24:17-18
Viernes

4

Octubre


Fiel es el que prometió (Dios).

Hebreos 10:23

Nos ha dado preciosas y grandísimas promesas.

2 Pedro 1:4

El alfabeto de las promesas de Dios (2)

Ayer vimos cuán importante es para un creyente contar con las promesas de Dios para superar la duda, el miedo, el desánimo. ¡Ahora es necesario conocer esas promesas y memorizarlas! Para ello debemos familiarizarnos con la Biblia. Podemos reunir esas promesas bajo la forma de uno o varios alfabetos. Les proponemos uno que, por supuesto, puede ser completado o modificado, ¡porque las promesas de Dios se cuentan por centenas! El lector de la Biblia siempre descubrirá en ella nuevas promesas. A:"Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros" (Santiago 4:8).

B: "Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas" (Salmo 84:5).

C: "¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen!" (Salmo 31:19).

D: "Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones" (Salmo 46:1).

E: "Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios... para que os vaya bien" (Jeremías 7:23).

F: "Fuerza y honor son su vestidura (de la mujer virtuosa); y se ríe de lo por venir" (Proverbios 31:25).

G: "Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo" (1 Corintios 15:57).

H: "Hasta las canas os soportaré yo" (Isaías 46:4).

I: "Invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás" (Salmo 50:15).

(mañana continuará)

Lectura: Sofonías 3 - Judas - Salmo 110 - Proverbios 24:19-20
Sábado

5

Octubre



Bendito el varón que confía en el Señor, y cuya confianza es el Señor... Será como el árbol plantado junto a las aguas... su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.

Jeremías 17:7-8

El alfabeto de las promesas de Dios (3)

J: "Justo eres tú, oh Señor, y rectos tus juicios" (Salmo 119:137).

L: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino" (Salmo 119:105).

M: "Mas el que me oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal" (Proverbios 1:33).

N: "No temas, porque yo estoy contigo... te esfuerzo; siempre te ayudaré" (Isaías 41:10).

O: "Ora a tu Padre... y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará" (Mateo 6:6).

P: "Porque yo sé que el Señor es grande... mayor que todos los dioses" (Salmo 135:5).

Q: "¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?" (1 Juan 5:5).

R: "Resistid al diablo, y huirá de vosotros" (Santiago 4:7).

S: "Si confesamos nuestros pecados, él (Dios) es fiel y justo para perdonar nuestros pecados" (1 Juan 1:9).

T: "Ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman tu nombre" (Salmo 119:132).

U: "Una cosa he demandado al Señor... que esté yo en la casa del Señor todos los días de mi vida" (Salmo 27:4).

V: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28).

Y: "Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas" (Juan 10:11).

Cristianos, apoderémonos de estas promesas. Ellas serán de una gran ayuda en los momentos difíciles de nuestra vida.

Lectura: Esdras 1 - Juan 1:1-28 - Salmo 111:1-5 - Proverbios 24:21-22
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Domingo

6

Octubre



Llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní... comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte...

Mateo 26:36-38

Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

Salmo 46:1

Angustia y oración

Los evangelios relatan la vida de Jesús, sus enseñanzas y los milagros que hizo. Pero también nos hablan de sus emociones y sus sentimientos. Vemos que Jesús se sorprendió, se compadeció, lloró, conoció el cansancio, el gozo...

En una circunstancia única, Jesús experimentó la angustia. Sucedió en el huerto de Getsemaní, a donde fue con sus discípulos a orar. Allí sintió una profunda angustia debido a lo que iba a padecer en la cruz para expiar nuestros pecados, sufrimientos simbolizados por la copa que debía beber. En esos momentos extremos, Jesús suplicó a Dios, su Padre: "Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú" (Marcos 14:36). Y, al final de su oración, avanzó resueltamente para dar su vida.

Jesús murió porque nos amaba, a usted y a mí. "Padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios" (1 Pedro 3:18).

Cristianos, ¡hablemos siempre con gran respeto del Señor Jesús! No alcanzamos a conocer la angustia que él soportó. Ella es única.

A veces nosotros también debemos sufrir, experimentar el miedo. Entonces volvámonos a Jesús. Orémosle con sencillez y sinceridad: "Clamaron al Señor en su angustia, y los libró de sus aflicciones" (Salmo 107:19). Jesús, el unigénito Hijo de Dios, quiere acompañarnos en ese camino de la oración.

Lectura: Esdras 2 - Juan 1:29-51 - Salmo 111:6-10 - Proverbios 24:23-26
Lunes

7

Octubre



El Señor guarda a los extranjeros.

Salmo 146:9

En aquel tiempo estabais sin Cristo... sin esperanza y sin Dios en el mundo... Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.

Efesios 2:12,19

Un extranjero

Seguramente usted ya ha experimentado esa incomodidad que se siente al estar en un lugar desconocido: una nueva escuela, otra ciudad, un nuevo lugar de trabajo. Uno se siente diferente, desubicado, extraño, ¡un extranjero!

Piense en Aquel que fue despreciado en la tierra. "A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron" (Juan 1:11). Desde su nacimiento no hubo lugar para él, solo un establo; luego tuvo que refugiarse en Egipto; fue extraño en medio de su pueblo y aun en su propia familia, como leemos en el Salmo 69:8: "Extraño he sido para mis hermanos, y desconocido para los hijos de mi madre". No tuvo domicilio fijo: Jesús dijo a un hombre que quería seguirle: "Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza" (Mateo 8:20). Ese extranjero es Jesús.

Quizás usted también es un extranjero, se siente solo, menospreciado y sin esperanza. Escuche lo que Jesús dice: "Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Apocalipsis 3:20). Si usted le abre la puerta de su corazón, nunca más se sentirá solo. ¿Quiere recibirle?

De hecho, ¿quién es verdaderamente extranjero? ¡Nadie! Porque todos los hombres son iguales ante Dios, todos son pecadores (Romanos 3:23).

Si usted deja entrar a Jesús en su vida, será un hijo de la familia de Dios y, mejor aún, ¡sabrá que él ya le preparó un lugar en su casa!

Lectura: Esdras 3 - Juan 2 - Salmo 112 - Proverbios 24:27
Martes

8

Octubre



Tomad... la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.

Efesios 6:17

La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos... discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Hebreos 4:12

La espada del Espíritu

¡Qué imagen sorprendente! Una espada es un objeto material, metálico, duro, mientras el Espíritu es invisible, inmaterial, insuperable... En los combates de la fe, el cristiano debe tomar "la espada del Espíritu", un arma espiritual, penetrante, incluso viva. ¿Cuál es esta espada? Es la Palabra de Dios, el mensaje de la Biblia. A través de ella podemos luchar contra los ataques espirituales, los razonamientos mentirosos y los dardos de la incredulidad.

Para manejar bien esta arma, es necesario haber experimentado su poder personalmente. Ella debe haber penetrado nuestro corazón, nuestro espíritu, habernos convencido de que el mal está en nosotros y, a la vez, que el amor de Dios es por nosotros.

La Palabra de Dios revela la perfección moral de la vida de Jesús. Pero también pone a la luz "los pensamientos y las intenciones" de nuestros corazones: no solo los pecados evidentes, sino más bien los deseos, las motivaciones opuestas a la vida de Jesús. Él "anduvo haciendo bienes" (Hechos 10:38), sin ningún rastro de egoísmo, ¡mientras muy a menudo nosotros vivimos para nosotros mismos!

La Biblia muestra todo lo que, en nuestros corazones, viene de la naturaleza pecadora, es decir, la carne. Y cada vez que la voluntad de la carne y sus codicias están en acción, la Palabra de Dios obra como un bisturí para quitar el mal. Y al mismo tiempo nos da confianza y esperanza en el Señor. La Palabra desenmascara el mal y trae la gracia de Dios. Es la única arma ofensiva del cristiano.

Lectura: Esdras 4 - Juan 3:1-21 - Salmo 113 - Proverbios 24:28-29
Miércoles

9

Octubre



Que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo.

Filipenses 1:27

(Jesús dijo:) Mirad, velad y orad.

Marcos 13:33

Pequeñas faltas, grandes perjuicios

En el año 1978, el pueblo de Winterthur (Suiza) fue el escenario de una forma de vandalismo inexplicable: bajo el capó de los autos estacionados, alguien cortaba los cables eléctricos. Equipos de vigilancia fueron instalados y los culpables fueron descubiertos: ¡eran comadrejas que entraban en los motores y mordían todos los elementos de caucho!

Estos hechos nos hacen pensar en un versículo de la Biblia: "Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne" (Cantares 2:15). Las zorras pequeñas son criaturas aparentemente inofensivas. Pero, al juguetear en las viñas, con sus largas colas pueden causar daños irreparables a los tiernos pámpanos y, por consiguiente, a la floración y la cosecha. El pámpano, nutrido por la vid (Cristo), representa la vida del creyente que debe producir fruto para la gloria de Dios. Este versículo de Cantares es, pues, una exhortación a vigilar: muchas palabras o actitudes aparentemente inofensivas pueden poner en peligro el desarrollo de nuestra vida espiritual, interrumpir nuestra comunión con Dios. Por tanto, cualquier actividad que realicemos sin tener en cuenta a Dios será sin fruto para él.

No nos dejemos engañar: esos resbalones apenas perceptibles que a veces se producen en nuestras vidas, esos pequeños arreglos o adaptaciones, no tienen otro resultado que alterar nuestra comunión con Dios. Recordemos que incluso un mal pensamiento enturbia la comunión con el Señor y produce sequía en el corazón. Vigilemos y oremos para ahuyentar "las zorras pequeñas".

Lectura: Esdras 5 - Juan 3:22-36 - Salmo 114 - Proverbios 24:30-34
Sábado

12

Octubre



Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Filipenses 4:8

Escanear nuestros pensamientos

El tema de nuestros pensamientos ocupa un lugar importante en la Biblia. Es mencionado más de trecientas veces. ¿Por qué nuestros pensamientos son tan importantes? Porque ellos dan origen a nuestras palabras, a nuestros actos y decisiones. Hay interacción constante entre nuestros pensamientos, el sentido que damos a nuestra vida y nuestros actos.

Cristianos, vigilemos nuestros pensamientos. No nos permitamos pensar en todo lo que nos complace. Nadie ha sucumbido a una tentación sin antes haber pensado en ella. Entonces, ¿de qué alimentamos nuestro espíritu? Hay lecturas, películas o canciones que despiertan en nosotros malos deseos, mientras otras lecturas, amistades, elecciones de vida, etc., nos encaminan hacia el bien, hacia Cristo.

Cuando vamos a tomar un avión, nuestras maletas pasan por un escáner para verificar que no llevemos objetos prohibidos. Sería bueno establecer un escáner espiritual para nuestros pensamientos. Podría ser el versículo citado en el encabezamiento de esta hoja: "Todo lo que es verdadero, todo lo honesto...".

Y si los malos pensamientos nos asaltan, ¡oremos! También podemos hablar del asunto a un amigo y orar con él por este tema. El Señor quiere darnos la victoria sobre el mal; desea que gustemos su amor, el cual es más grande y más poderoso que todo lo que trata de esclavizarnos.

La grandeza de su obra hacia sus redimidos se discierne en esta exhortación: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús" (Filipenses 2:5).

Lectura: Esdras 8 - Juan 5:1-23 - Salmo 116:1-11 - Proverbios 25:6-7
Domingo

13

Octubre



(Jesús dijo en la cruz:) Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

Lucas 23:34

José y sus hermanos

(leer Génesis 37)

José era uno de los doce hijos del patriarca Jacob. Sus hermanos no lo querían y pensaron matarlo, pero luego lo vendieron como esclavo a unos extranjeros. Después de varios años y muchas desgracias, los hermanos de José fueron llevados a reconocer su mala conducta. Entonces José los perdonó: "Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien... para mantener en vida a mucho pueblo" (Génesis 50:20). Es un poco el resumen de las relaciones entre José y sus hermanos.

Pero más allá del alcance histórico de este relato, dicha conclusión se aplica de manera particular a la cruz de Jesucristo. "Vosotros pensasteis mal contra mí" (Génesis 50:20). Esta fue la actitud de los hombres respecto a Jesús. Durante toda su vida en la tierra Jesús anduvo haciendo el bien, aliviando la miseria, sanando a los enfermos y anunciando la Palabra de Dios. Sin embargo, los hombres se pusieron de acuerdo contra él, lo acusaron falsamente. Una multitud agrupada ante el gobernador romano gritó: "¡Crucifícale!".

No obstante, "Dios lo encaminó a bien" (v. 20). Cuando Jesús fue crucificado y los hombres desataron todo su odio y su maldad contra él, Jesús murió para expiar los pecados de todos los que creen en él. De esta escena trágica de la crucifixión emana la buena noticia: puedo ser librado de todo lo que en mí ofendía a Dios. Él perdona al que se arrepiente, cualquiera que sea su pasado.

Dios quiere que usted acepte a Jesús como su Salvador y se reconcilie con él. Este es el bien que él "encaminó" para usted.

Lectura: Esdras 9 - Juan 5:24-47 - Salmo 116:12-19 - Proverbios 25:8-10
Viernes

18

Octubre



Le dijeron: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús les dijo: Lo que desde el principio os he dicho.

Juan 8:25

Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Juan 8:12

Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.

Salmo 119:105

¿Transparencia o luz?

Con motivo del «festival de la palabra» organizado en una comuna francesa, una de las dos palabras escogidas como palabra del año 2013 fue «transparencia». Comentando esta elección, el presidente del jurado dijo: «La transparencia exige la visibilidad de lo que se sospecha escondido. Un material perfectamente transparente como el vidrio no permite ver en la noche. Así, exigir la transparencia no tiene ningún sentido si se descuida llevar la luz».

Cuando Jesús vino al mundo, trajo la luz, esta luz espiritual que alumbra nuestras motivaciones interiores. Él era "la luz del mundo". Pero esto molestó tanto a los hombres, que prefirieron permanecer en las tinieblas. "La luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas" (Juan 3:19). ¿A quién le gustaría que todos sus pensamientos de la semana pasada fueran registrados en un DVD y proyectados en público, o incluso solo delante de sus allegados?

¿Deseamos ser transparentes a la luz de Dios, dejarla sondear nuestro corazón y nuestra alma en lo más profundo? No temamos hacerlo, porque esta luz nos conducirá a confesar nuestras faltas y a obtener el perdón de Dios. Y como cristianos, andemos "como hijos de luz" (Efesios 5:8-9), manifestando, a través de nuestras palabras y conducta, la bondad, la justicia y la verdad divinas (Efesios 5:8-9).

Lectura: Nehemías 4 - Juan 7:32-53 - Salmo 118:15-20 - Proverbios 25:18-19
Sábado

19

Octubre



(Jesús dijo:) En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Juan 16:33

El Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna... os... afirme, fortalezca.

1 Pedro 5:10

Antes era mejor

Desde que Paulina se convirtió a Jesucristo, se encuentra con nuevas dificultades y preocupaciones. El primer momento de gozo pasó, y la vida continúa... Reconoce que ciertos hábitos no son compatibles con su nueva fe. Se cuestiona respecto a todo. Su familia no la entiende; se burla de ella, la contradice fuertemente. Una pequeña voz le susurra constantemente: «Antes era más tranquilo...». Lo que pasa es normal. Paulina ya no es la misma...

El pueblo de Israel vivió una experiencia similar. Librado de la esclavitud de Egipto, entonó un cántico de gozo en la ribera del mar Rojo. Luego, conducido por Moisés, emprendió su camino hacia el país prometido a través del desierto. Y las dificultades comenzaron. Tuvieron hambre, sed, y guerras que enfrentar. Entonces recordaban con nostalgia los pepinos y los melones que comían en Egipto, y deseaban volver allí. ¿Habían olvidado la cruel esclavitud a la cual los tenía sometidos el Faraón? Podríamos pensar que sí. No obstante, Dios se ocupó de ellos, y paso a paso experimentaron sus cuidados.

El cristiano recién convertido está en camino hacia el cielo. Dios lo cuida en este mundo que es como un desierto para su fe. Tiene combates. Satanás hace todo lo posible para desanimarlo, pero Dios en su bondad lo cuidará. Podemos poner todo en sus manos mediante la oración: dificultades, preocupaciones, preguntas, porque él tiene cuidado de nosotros (1 Pedro 5:7). Él guardará nuestro corazón y nuestros pensamientos (Filipenses 4:7). Él nos ama.

Lectura: Nehemías 5 - Juan 8:1-30 - Salmo 118:21-29 - Proverbios 25:20-22
Domingo

20

Octubre



(Jesucristo) siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres... se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Filipenses 2:6-8

La humillación de Jesús

Jesucristo es el Hijo de Dios. Él es Dios en su esencia eterna, y lo sigue siendo, incluso si vino a la tierra como un niño.

No alcanzamos a comprender lo que él experimentó haciéndose hombre, sometiéndose a las limitaciones de la vida terrenal. ¿Cómo apreciar lo que esto representaba para él?

Él conoció las dificultades de la vida humana, el hambre, el cansancio... Aunque él mismo era sin pecado, compartió los sufrimientos que el pecado ha provocado en la vida de los hombres. Jamás utilizó sus poderes divinos para escapar a las dificultades de la condición humana.

Jesucristo se puso voluntariamente en la posición de un siervo, siervo de Dios y de los hombres (Lucas 22:27). Se sometió a Dios, e hizo el bien a todos los que le rodeaban. Cada día, mediante la oración, buscaba la voluntad de Dios y la cumplía perfectamente (Salmo 5:3; 109:4).

Ese camino perfecto terminó cuando Jesús fue crucificado entre dos malhechores. Su muerte en la cruz fue la suprema prueba de su obediencia, ella magnificó la gloria de Dios su Padre. "Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla... y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre" (Filipenses 2:9-11).

Lectura: Nehemías 6 - Juan 8:31-59 - Salmo 119:1-8 - Proverbios 25:23-24