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🇷🇴 | El polémico gesto del nuevo Presidente globalista de Rumanía durante su toma de posesión.
Saludó al rabino judío y al obispo católico, pero ignoró al representante cristiano ortodoxo ofendiendo a toda la comunidad religiosa ortodoxa rumana.
Saludó al rabino judío y al obispo católico, pero ignoró al representante cristiano ortodoxo ofendiendo a toda la comunidad religiosa ortodoxa rumana.
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🇪🇸 | Pilar Alegría, la ministra más cercana a Sánchez, echa la culpa a «la derecha y la extrema derecha» del fracaso del Gobierno en Bruselas, donde no ha conseguido que el catalán sea lengua oficial de la UE.
Era una de las exigencias de Carles Puigdemont al PSOE.
Era una de las exigencias de Carles Puigdemont al PSOE.
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🇪🇸 | El 'zasca' viral de Julia Calvet a un joven de Junts preocupado por el número de usuarios del catalán.
🇪🇸 | Leire Díez, la 'fontanera' de Ferraz que pedía liquidar al jefe de la UCO, podría haber amañado las elecciones para ser concejal:
Según 'La Razón', de los 200 votos que obtuvo en Vega de Pas, en Cantabria, 130 eran por correo. Luego fue alto cargo en Correos como premio.
«Había 130 votos amañados», ha denunciado el antiguo alcalde, Víctor Gómez.
Según 'La Razón', de los 200 votos que obtuvo en Vega de Pas, en Cantabria, 130 eran por correo. Luego fue alto cargo en Correos como premio.
«Había 130 votos amañados», ha denunciado el antiguo alcalde, Víctor Gómez.
🇪🇸 | Patxi López, obligado a reconocer que conoce a Leire Díez, la socialista que pide al jefe de la UCO «muerto», tras aparecer fotos de ambos juntos.
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🇪🇸 | El actor Nacho Guerreros, conocido como Coque en LQSA, habla contra la inseguridad en los barrios de Madrid.
🇪🇸 | #ÚltimaHora Dimite el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, mano derecha de Marlaska desde hace más de una década, tras los audios de una socialista pidiendo eliminar a agentes de la UCO.
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🇪🇸 | Irene Montero afirma en TV3 que España debe ser ya como Venezuela y empezar a expropiar viviendas.
🇪🇸 | #ÚltimaHora La 'fontanera' del PSOE se vio con el comandante de la Guardia Civil imputado en el 'caso Koldo' y le ofreció un ascenso, según El Mundo.
Leire Díez le habría dicho que a cambio, «los de arriba en el Gobierno necesitan pruebas para atacar a la UCO».
Leire Díez le habría dicho que a cambio, «los de arriba en el Gobierno necesitan pruebas para atacar a la UCO».
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🇸🇾 | Han estallado nuevos enfrentamientos armados entre combatientes de la tribu Naim y elementos del Ejército Nacional Sirio (SNA) respaldado por Turquía en la provincia norteña de Raqqa .
Según se informa, los combates se concentran en la ciudad de Suluk , situada cerca de la frontera turco-siria , en medio de tensiones persistentes sobre el gobierno local, la influencia tribal y el control de los recursos.
Según se informa, los combates se concentran en la ciudad de Suluk , situada cerca de la frontera turco-siria , en medio de tensiones persistentes sobre el gobierno local, la influencia tribal y el control de los recursos.
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🇿🇦 | El presidente anti-blanco Ramaphosa dice que Sudáfrica no va a arrestar a nadie por cantar «maten al bóer, maten al granjero» porque es un «canto de liberación».
Afirma que el cántico que llama a matar a los granjeros blancos no es un llamado a matar a nadie.
Afirma que el cántico que llama a matar a los granjeros blancos no es un llamado a matar a nadie.
Herqles
🇺🇸🇮🇱🇵🇸 | La fiscal general de los EEUU, Pam Bondi, afirma que el Departamento de Justicia solicitará la pena de muerte para el militante de comunista pro-Palestina Elias Rodríguez por el asesinato de los dos diplomáticos israelíes. «Ayer firmé la sentencia…
🇺🇸🇵🇸 | El militante comunista y pro-palestino Elías Rodríguez, responsable del atentado en el Museo Judío en Washington DC, declaró abiertamente en chats privados que quería un «genocidio contra decenas de millones de personas blancas» para hacer de Estados Unidos un «país normal».
🇪🇺🇭🇺 | La UE trata de privar a Hungría de su derecho al voto por no ajustarse a los planes de la Comisión.
La UE, cada vez más tiranizada, busca restringir los derechos de Hungría, un país miembro de pleno derecho, por contradecir las posturas oficiales de las élites de Bruselas según confirmó el ministro húngaro de Asuntos Europeos, Janos Boka.
Según el alto funcionario, varios países reconocieron durante la reunión que el problema yace en la posición de Budapest respecto a Ucrania, en particular el tema de la adhesión de Kiev a la UE.
«La razón de esta presión política y esta histeria es que Hungría mantiene una postura firme e inquebrantable respecto a Ucrania, basada en sus propios intereses nacionales», señaló el ministro, asegurando que dicha postura no cambiaría.
De qué sirve la democracia o la apariencia democrática en la UE si cuando quieres ejercer tu derecho a voto y este no concuerda con el democracia la mayoría tratan de restringirte, se preguntan ahora muchos.
La UE, cada vez más tiranizada, busca restringir los derechos de Hungría, un país miembro de pleno derecho, por contradecir las posturas oficiales de las élites de Bruselas según confirmó el ministro húngaro de Asuntos Europeos, Janos Boka.
Según el alto funcionario, varios países reconocieron durante la reunión que el problema yace en la posición de Budapest respecto a Ucrania, en particular el tema de la adhesión de Kiev a la UE.
«La razón de esta presión política y esta histeria es que Hungría mantiene una postura firme e inquebrantable respecto a Ucrania, basada en sus propios intereses nacionales», señaló el ministro, asegurando que dicha postura no cambiaría.
De qué sirve la democracia o la apariencia democrática en la UE si cuando quieres ejercer tu derecho a voto y este no concuerda con el democracia la mayoría tratan de restringirte, se preguntan ahora muchos.
🇪🇺 #Importante | La caída del Pacto Verde europeo es inminente.
La Unión Europea atraviesa una de las peores crisis energéticas y de confianza política de su historia reciente. Lo que comenzó como una ambiciosa apuesta por la transición ecológica —liderada por la Comisión Europea bajo el programa REPowerEU y el llamado Green Deal— se ha transformado, según múltiples analistas, en un experimento fallido que amenaza con socavar pilares esenciales de la economía y la estabilidad social.
La guerra en Ucrania ofreció el pretexto perfecto para acelerar la desconexión del gas y petróleo rusos. Pero esta desvinculación, presentada como inevitable y moralmente urgente, ha sido utilizada por ciertas élites políticas y económicas como carta blanca para imponer una transición energética forzada, sin evaluar las consecuencias reales ni establecer alternativas viables.
Mientras se desmantelaban centrales nucleares y se clausuraban infraestructuras clave, los ciudadanos comenzaron a asumir el coste de esta reconversión: subidas drásticas en la factura eléctrica, apagones inesperados, crisis agrícolas por regulaciones verdes ineficaces, y un colapso en el sector del transporte y la industria pesada.
En países como Alemania, que lideró este giro verde, la contradicción se volvió evidente: la reapertura de centrales de carbón —reclasificadas como “energía verde” mediante vacíos legales— fue el clavo en el ataúd del relato ecologista oficial. Incluso la producción de coches eléctricos, antaño emblema de la transición, ha caído en picado frente a la competencia china, menos ideologizada y más pragmática.
A nivel social, la respuesta no tardó en llegar. En los Países Bajos, las protestas del sector agrícola derivaron en la creación del partido BBB, hoy parte del gobierno. En toda Europa, se multiplican los movimientos ciudadanos que denuncian que las políticas ecológicas están siendo impuestas desde arriba sin participación ni consenso.
La Comisión Europea, mientras tanto, ha comenzado a reconocer —entre líneas— el fracaso de sus propios objetivos: plazos irrealistas, inversiones sin retorno, y dependencia oculta de energías fósiles que aún fluyen a Europa vía terceros países.
La desconfianza crece. Si el objetivo era una Europa más sostenible, la realidad ha sido una Europa más dividida, empobrecida y vulnerable. El tiempo dirá si la transición ecológica puede salvarse de sí misma o si el Green Deal pasará a la historia como un monumento a la desconexión entre la élite y el ciudadano común.
La Unión Europea atraviesa una de las peores crisis energéticas y de confianza política de su historia reciente. Lo que comenzó como una ambiciosa apuesta por la transición ecológica —liderada por la Comisión Europea bajo el programa REPowerEU y el llamado Green Deal— se ha transformado, según múltiples analistas, en un experimento fallido que amenaza con socavar pilares esenciales de la economía y la estabilidad social.
La guerra en Ucrania ofreció el pretexto perfecto para acelerar la desconexión del gas y petróleo rusos. Pero esta desvinculación, presentada como inevitable y moralmente urgente, ha sido utilizada por ciertas élites políticas y económicas como carta blanca para imponer una transición energética forzada, sin evaluar las consecuencias reales ni establecer alternativas viables.
Mientras se desmantelaban centrales nucleares y se clausuraban infraestructuras clave, los ciudadanos comenzaron a asumir el coste de esta reconversión: subidas drásticas en la factura eléctrica, apagones inesperados, crisis agrícolas por regulaciones verdes ineficaces, y un colapso en el sector del transporte y la industria pesada.
En países como Alemania, que lideró este giro verde, la contradicción se volvió evidente: la reapertura de centrales de carbón —reclasificadas como “energía verde” mediante vacíos legales— fue el clavo en el ataúd del relato ecologista oficial. Incluso la producción de coches eléctricos, antaño emblema de la transición, ha caído en picado frente a la competencia china, menos ideologizada y más pragmática.
A nivel social, la respuesta no tardó en llegar. En los Países Bajos, las protestas del sector agrícola derivaron en la creación del partido BBB, hoy parte del gobierno. En toda Europa, se multiplican los movimientos ciudadanos que denuncian que las políticas ecológicas están siendo impuestas desde arriba sin participación ni consenso.
La Comisión Europea, mientras tanto, ha comenzado a reconocer —entre líneas— el fracaso de sus propios objetivos: plazos irrealistas, inversiones sin retorno, y dependencia oculta de energías fósiles que aún fluyen a Europa vía terceros países.
La desconfianza crece. Si el objetivo era una Europa más sostenible, la realidad ha sido una Europa más dividida, empobrecida y vulnerable. El tiempo dirá si la transición ecológica puede salvarse de sí misma o si el Green Deal pasará a la historia como un monumento a la desconexión entre la élite y el ciudadano común.