🚨⚠️ CASOS MÁS SONADOS ⚠️🚨
⚠️⚠️ TRAGEDIA DEL UROLÓGICO DE SAN ROMÁN ⚠️🚨
La policía había entregado el vehículo sin llaves, lo que enfureció a los delincuentes, quienes pidieron otro auto. El comisario Morales subió con un nuevo Toyota, esta vez de color rojo. Lo estacionó a pocos metros del sitio en el que estaba el otro. Se bajó lenta y cuidadosamente mostrando las manos en todo momento, abrió las portezuelas y con los brazos a medio levantar se dio la vuelta para regresar a pie. En ese momento creció la angustia de las retenidas debido a que los delincuentes se negaron a bajar, pues decididos a jugarse la última carta, organizaron el trasbordo.
Esta vez el grupo era más compacto. Antonio Peña salió adelante rodeando el cuello de Aída con su brazo.
Dos francotiradores, uno de la DISIP y otro de la PTJ que tenían la orden de neutralizar a los secuestradores, se ocultaban en puntos equidistantes. Debían esperar el momento propicio y actuar en sincronía.
La apretada masa de rehenes y hampones se situó al lado del auto. A las 5:30 de la tarde un proyectil golpeó la cabeza de Virginia Castro. Teresa Rodríguez volteó justo para ver a Antonio Peña accionando su pistola contra Aída Molina al tiempo que le decía: “como la policía me falló, ahora yo te mato a ti”. Peña se desplomó mientras Virginia se lanzaba malherida a una cuneta, buscando refugio de las balas.
Desde allí pudo ver a su amiga Aída tirada en el piso. Juan Manuel había colocado a la doctora Gloria Ojeda como escudo y siete de los proyectiles dirigidos a él la impactaron. Sotero Pérez, jefe de la Brigada de Acciones Especiales, intentó acercarse por detrás, pero el hampón lo detectó y le disparó a la cabeza. Fue lo último que hizo antes de caer muerto. Una bala hirió en el ojo izquierdo a Zulay Quintero. Virginia Castro revelaría a la prensa que un policía que estaba escondido por detrás del estacionamiento efectuó el primer disparo.
De la masacre de San Román sobrevivieron Virgina Castro, Zulay Quintero y Teresa Rodríguez. Esta última mujer fue la única persona que salió ilesa de la balacera.
Días después del hecho, ante los cuestionamientos y testimonios de las sobrevivientes, los comisarios José Ramón Lazo Ricardi y Eleazar Cuotto Rendón, director y subdirector de la PTJ, admitieron que hubo cierta confusión en la operación de rescate.
El Ministerio de Interiores respaldó el accionar de la operación policial argumentando que uno de los delincuentes había disparado primero. Esta versión fue rechazada por las sobrevivientes. Sin embargo, bajo la mirada oficial se trató de una maniobra adecuada para la situación. A pesar de esto, el sangriento desenlace quedó marcado en la memoria de los venezolanos como una de las tragedias más mediáticas en la historia del país.
#Fuente_Policial #Venezuela #Miranda #Baruta #SanRomán #Secuestro #PTJ #BAE #Policía #Municipal #Rehenes #Negociaciones #Disparos #Sucesos #Casos #MásSonados #Diamante1
⚠️⚠️ TRAGEDIA DEL UROLÓGICO DE SAN ROMÁN ⚠️🚨
La policía había entregado el vehículo sin llaves, lo que enfureció a los delincuentes, quienes pidieron otro auto. El comisario Morales subió con un nuevo Toyota, esta vez de color rojo. Lo estacionó a pocos metros del sitio en el que estaba el otro. Se bajó lenta y cuidadosamente mostrando las manos en todo momento, abrió las portezuelas y con los brazos a medio levantar se dio la vuelta para regresar a pie. En ese momento creció la angustia de las retenidas debido a que los delincuentes se negaron a bajar, pues decididos a jugarse la última carta, organizaron el trasbordo.
Esta vez el grupo era más compacto. Antonio Peña salió adelante rodeando el cuello de Aída con su brazo.
Dos francotiradores, uno de la DISIP y otro de la PTJ que tenían la orden de neutralizar a los secuestradores, se ocultaban en puntos equidistantes. Debían esperar el momento propicio y actuar en sincronía.
La apretada masa de rehenes y hampones se situó al lado del auto. A las 5:30 de la tarde un proyectil golpeó la cabeza de Virginia Castro. Teresa Rodríguez volteó justo para ver a Antonio Peña accionando su pistola contra Aída Molina al tiempo que le decía: “como la policía me falló, ahora yo te mato a ti”. Peña se desplomó mientras Virginia se lanzaba malherida a una cuneta, buscando refugio de las balas.
Desde allí pudo ver a su amiga Aída tirada en el piso. Juan Manuel había colocado a la doctora Gloria Ojeda como escudo y siete de los proyectiles dirigidos a él la impactaron. Sotero Pérez, jefe de la Brigada de Acciones Especiales, intentó acercarse por detrás, pero el hampón lo detectó y le disparó a la cabeza. Fue lo último que hizo antes de caer muerto. Una bala hirió en el ojo izquierdo a Zulay Quintero. Virginia Castro revelaría a la prensa que un policía que estaba escondido por detrás del estacionamiento efectuó el primer disparo.
De la masacre de San Román sobrevivieron Virgina Castro, Zulay Quintero y Teresa Rodríguez. Esta última mujer fue la única persona que salió ilesa de la balacera.
Días después del hecho, ante los cuestionamientos y testimonios de las sobrevivientes, los comisarios José Ramón Lazo Ricardi y Eleazar Cuotto Rendón, director y subdirector de la PTJ, admitieron que hubo cierta confusión en la operación de rescate.
El Ministerio de Interiores respaldó el accionar de la operación policial argumentando que uno de los delincuentes había disparado primero. Esta versión fue rechazada por las sobrevivientes. Sin embargo, bajo la mirada oficial se trató de una maniobra adecuada para la situación. A pesar de esto, el sangriento desenlace quedó marcado en la memoria de los venezolanos como una de las tragedias más mediáticas en la historia del país.
#Fuente_Policial #Venezuela #Miranda #Baruta #SanRomán #Secuestro #PTJ #BAE #Policía #Municipal #Rehenes #Negociaciones #Disparos #Sucesos #Casos #MásSonados #Diamante1